Las cenizas del artista Pepe Espaliu serán esparcidas en los jarales de Córdoba

Pepe Espaliú murió el pasado martes en Córdoba, su ciudad natal, a los 38 años. Después de saberse víctima del sida, el artista emprendió una lucha frontal contra la enfermedad y entró en un fecundo e intenso periodo creativo. Decidió hablar públicamente del sida para fomentar un diálogo abierto sobre este urgente tema que afecta a la sociedad. El año pasado organizó en Bilbao y Madrid, como acción artística, una cadena humana, que tituló carrying, para llamar la atención sobre la necesidad de solidaridad ante este problema.

El artista plástico cordobés José González-Espaliú, Pepe Espaliú en el mundo del arte, murió el martes en Córdoba, víctima del sida. A sus 38 años, una salmonelosis quebró la vida de este artista, que desde que se decidió a aceptar su enfermedad se convirtió en un activista y orientó todo su arte hacia la mejor aceptación social de la enfermedad. Espaliú murió en el hospital provincial de Córdoba, en donde ingresó hace dos meses. Su cadáver fue incinerado ayer en Sevilla y sus cenizas serán esparcidas entre los jarales de la sierra de Córdoba, según su deseo. No se celebró ceremonia religiosa porque el artista se manifestó en contra de la Iglesia actual y del trato que da a los homosexuales.

Hace un año emprendió una arriesgada acción plástica que se convirtió en un acontecimiento social de gran repercusión. El carrying, que consistía en que una serie de parejas transportara en relevo a lo largo de un kilómetro al artista descalzo, nació como una metáfora delicada de la vulnerabilidad del enfermo y de cierta sensación de vivir suspendido sobre la realidad. El 1 de diciembre pasado la iniciativa convocó en Madrid a miles de personas -incluida la esposa del presidente de Gobierno, Carmen Romero- que llevaron en volandas al artista. Aunque muchos no comprendieron la idea inicial, la acción cumplió el objetivo de llamar la atención sobre los afectados de sida.

Compromiso

Su compromiso al servicio de otros afectados surgió tras conocer al grupo de activistas estadounidenses Act-Up y de ver cómo asumían ellos la enfermedad y luchaban por los derechos de los afectados.

La carrera artística de Pepe Espaliú se desarrolló a lo largo de los años ochenta, en los que alcanzó rápidamente el reconocimiento internacional. Participó en la revista sevillana Figura, a la que contribuyó con polémicos textos teóricos últimamente trabajaba en proyectos públicos, en esculturas al aire libre, diseñaba una obra para un museo de Japón e ideaba otras para Asturias y Holanda.

Pepe Espaliú había preparado un proyecto para el patio morisco del alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba. Su desaparición ha truncado también la idea de realizar una escultura monumental junto al Guadalquivir a su paso por Córdoba, dedicada a los enfermos del sida.

El escultor ha dejado inéditos varios cuentos, poesías y una corta autobiografía que redactó desde cuando preparaba su exposición en Ámsterdam.