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41 FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

La concha del cine

Un cartel de tamaño sobrenatural recibe al visitante y prácticamente le desnuca. Situado frente al cine Victoria Eugenia, en donde se exhibirá la selección oficial, muestra al joven fauno del cine español Javier Bardem -por cierto, cómo me recuerda a Katy Jurado-en pie, inclinado hacia atrás y agarrándose el paquete, en un anuncio de su última película con Bigas Luna, de titulo tan sutil como la publicidad: Huevos de oro (Golden balls, para los anglosajones). Aquí se le está esperando con un metro en la mano, para medir su talento. En el extremo opuesto de la sugerencia, Canal +-yuc está haciendo un gran despliegue promocional ha instalado, entre otras, una gran valla con las rayitas de interferencia que tanto fastidian al telespectador no abonado. Su Cinemania patrocina la sección cinéfilo-sentimental Los mejores años de nuestra vida.Y hablando de carteles: pocos se han dado cuenta de que los fascinantes perfiles de pareja a punto de darse un beso de cine que figuran en el festival corresponden a Gary Cooper y Barbara Stanwyck en Bola de fuego, de Howard Hawks. Una película que era como el cuento de Blancanieves. Porque, en definitiva, este certamen, que surge cada año como una sirena abandonada por la resaca a la orilla del Cantábrico, tiene mucho de fábula. Todavía ayer, la ciudad estaba como acabándose de pintar

los labios para ir al baile, pero esta noche, cuando Marina Saura y Ana Igarteburu -presentadora de ETB- den la bienvenida a los asistentes a la gala de inauguración del 41" Festival Internacional de Cine, Donostia brillará con todo su poderío y los nervios de los organizadores-el director Manuel Pérez Estremera, su asesor Diego Galán y un puñado de denodados expertos-se encontrarán a flor de piel. Anoche se les veía con el rostro orlado de ojeras y esa expresión de sorpresa de quien monta una fiesta y, de repente, teme que no acuda nadie: pero todo funciona con perfecto ajuste, o así parece.

Llegó primero Sidney Pollack, realizador de La tapadera, el filme con Tom Cruise haciendo de joven lumbrera de la abogacía, que abre el festival fuera de concurso. El realizador de Tootsle sigue siendo un hombre de inteligente atractivo maduro, y estaba encantado del buen tiempo que imperaba en San Sebastián cuando aterrizó a bordo de una espectacular avioneta particular. "En Venecia y Copenhague, de donde vengo, el frío era horroroso. Hemos encontrado tormenta y además se nos ha estropeado el piloto automático".

Algo escamada aterrizó, horas después y procedente de Madrid -en donde ha permanecido tres días como turista, sin que nadie la reconociera-, la rubia Cybill Shepherd, protagonista de

la serie Luz de luna y ex musa de Peter Bogdanovitch. Resulta que viene con su hija, y como le han dicho que por aquí ha habido un secuestro, teme por ella. Debe da ser una psicosis resultante de su trabajo en la segunda versión de

The lady vanisñes. Y para ponerle los pelos en orden, le tan mandado un peluquero de la firma de productos capilares que la rubia actriz anuncia. Cybill es más alta de lo que parece, guapa y muy simpática. Silvia Final, la vistosa

y eterna estrella mexicana tentadora demonia en Simón del desierto, de Buñuel, llegó por la noche.

Robert Mitchum

Pero la expectación de los cinéfilos está puesta en el veterano realizador Edward Dmytrick, miembro del jurado oficial momo Final-, y, sobre todo, en Roben Mitchum, que viene el domingo, y en Shelley Winters, que puede que sí y puede que no. El viejo Bob estuvo a punto de echarse atrás cuando le mandaron el apretado programa que tendría que cumplir, pero al Fn le pusieron las cosas más cómodas. Aparecerá en Donostia el domingo, y se quedará hasta la clausura, aunque se ha anunciado que no concede entrevistas -nunca lo hace: es un tipo muy listo-, pero sí dará una conferencia de prensa el viernes próximo. En cuanto a Shelley Winters, puede convertirse en la máxima atracción. Por lo que yo sé, habla por los codos: en su autobiografía narra con pelos y señales sus innumerables -y algunos dicen que no del todo ciertas-aventuras con varias nóminas de actores de Hollywood, incluido Brando, en los tiempos en que los kilos y los años aún no la habían especializado en papeles de madre judía, mamá sangrienta o náufraga poseidónica. Si viene tendrá ocasión de admirar a Alessandro Gassman -hijo de uno de sus maridos, Vittorioen Huevos de oro. Y a lo mejor todavía está en forma y resulta ser ella quien averigüe cuáles son los poderes de Javier Bardem.

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