Japón pide excusas por sus atrocidades del pasado para mejorar su imagen exterior
El nuevo primer ministro japonés, Morihiro Hosokawa, aprovechó ayer su primer discurso ante el Parlamento para admitir con una franqueza sin precedentes la agresión cometida por su país contra sus vecinos durante la Segunda Guerra Mundial. "Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar de nuevo nuestro profundo remordimiento y nuestras excusas por las actuaciones de Japón en el pasado, incluyendo la agresión y el dominio colonial, que causaron sufrimientos insoportables y dolor a tanta gente", dijo.
Esta parte del discurso fue acogida con aplausos desde los escaños de la nueva mayoría y abucheos en los ocupados por los diputados de la oposición liberal * Japón quiere de ahora en adelante contribuir "más que nunca en el pasado a la paz mundial", concluyó Hosokawa.Es la primera vez que un primer ministro japonés se expresa en estos términos ante el poder legislativo. Durante estas últimas semanas, Hosokawa ya había lamentado en otros foros el 11 papel agresor" de su país durante los años cuarenta, rompiendo así con la política del Partido Liberal Demócrata, que, durante los 38 años en los que estuvo en el poder, se negó siempre a reconocer explícitamente las culpas del militarismo nipón en el pasado.
El nuevo primer ministro no aludió, sin embargo, al espinoso tema de las compensaciones económicas exigidas al Gobierno de Tokio por las víctimas de los actos de agresión de Japón. Es el caso, por ejemplo, de los millares de indonesios que fueron obligados a trabajar en campos de concentración, y de los millares de mujeres coreanas y malasias reclutadas por la fuerza como prostitutas para los soldados del Ejército japonés.
Papel internacional
La nueva política de Hosokawa parece encaminada a mejorar las relaciones de Japón con sus vecinos asiáticos, para asegurar así a su país un papel más importante en el escenario mundial. Uno de los objetivos concretos de la nueva diplomacia nipona es el de conseguir el apoyo del resto del continente en la pugna comercial que enfrenta a Tokio con varios de sus aliados europeos y con Estados Unidos.
En esta dirección iban también encaminados los dos viajes que el emperador Akihito hizo al sureste asiático en el otoño de 1991 y a China en el mes de octubre pasado.
En esta ofensiva para aumentar el papel internacional de Japón se enmarca también el viaje que Akihito emprenderá a principios de septiembre a Italia, Bélgica y Alemania, y que el propio emperador presentó ayer a la prensa. "Europa tiene un papel muy importante en la comunidad internacional y, empezando por la unificación de Alemania, ocurrieron recientemente muchos cambios en estos países", recalcó Akihito. "Quisiera trabajar para profundizar en las relaciones amistosas que tenemos con ellos", añadió.
Hosakawa aludió también en su discurso al tema de la reforma política, que calificó con énfasis de "primera y principal prioridad de mi Gobierno". Entre los cambios previstos por Hosokawa figuran la reforma de la legislación electoral, la limitación de las donaciones a los partidos políticos y el reforzamiento de las leyes anticorrupción.
El primer ministro prometió luchar contra "la colusión entre los políticos, los burócratas y los industriales", que provocó en el pasado sonados escándalos y aceleró la caída del PLD.
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