"Tenemos nuevos datos muy significativos sobre el Big Bang"
El astrofísico estadounidense George Smoot hizo un prodigioso salto a la fama, en abril del año pasado cuando anunció, a bombo y platillo, los resultados de un experimento largamente esperados por sus colegas dedicados a investigar la historia del universo. El satélite Cobe, de la NASA, diseñado y dirigido por él, había fotografiado el universo primitivo, y había detectado en la radiación remanente de la gran explosión inicial (Big Bang) unas diferencias de temperatura y densidad a partir de las cuales debieron de formarse los grupos de galaxias que hoy se observan en el cielo. Los astrofísicos respiraron tranquilos: su teoría del Big Bang recibía un fortísimo espaldarazo con un excelente experimento.Desde entonces Smoot, de 48 años, no para de viajar por todo el mundo presentando sus trabajos. Es casi un adicto al trabajo, pero reconoce que le gusta conocer sitios y que un lema de su vida es visitar un país nuevo cada año. La semana pasada participó en Santander en un seminario de cosmología de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, discutió con sus colegas los siguientes pasos a dar en la exploración del universo y presentó los datos del segundo año de exploración con Cobe: "Son plenamente consistentes con los del primero y aparecen detalles muy significativos". Ha anunciado también que los datos completos del primer año del experimento están a partir de ahora a disposición de los científicos que deseen trabajar con ellos.
En 1989, cuando Cobe daba sus primeras vueltas a la Tierra enviando mediciones del cosmos, Smoot salía emocionado de su laboratorio, junto a Washington, para ver pasar el satélite una vez al día como un puntito brillante en el cielo. Ahora comenta con una cierta tristeza que a finales de este año el observatorio espacial será desconectado, por falta de presupuesto. "Me gustaría que continuase un par de años más, pero no es imprescindible. Al final tendremos cuatro años de datos y está bien", dice. Y ya está metido en el proyecto que pretende dar un paso más allá de Cobe. "Se trata de un satélite para explorar, a principios del próximo siglo, la radiación de fondo en regiones seleccionadas del cielo. Estamos haciendo el proyecto grupos europeos y americanos", explica.
En su repentina popularidad, Smoot recibió una sustanciosa oferta para escribir un libro de divulgación sobre el universo, el Big Bang y Cobe. "Ya lo he terminado, se llama Arrugas en el tiempo y saldrá en noviembre próximo, en inglés y en español", dice. Comenta que escribió 600 páginas, pero que ha sido luego reducido a la mtad, y muestra algunos de los dibujos que ilustrarán el libro, como una carrera entre una tortuga y una fiebre para explicar la relación entre la distancia de las galaxias y su velocidad de recesión, que utilizó en la conferencia dada en la Fundación Botín, de Santander.
En el último año Smoot ha venido varias veces a España. ¿Qué le atrae, el país o los científicos españoles? "Ambos. Los astrofísicos teóricos españoles son muy buenos desde hace tiempo y los experimentales empiezan a serlo. Es normal que el trabajo experimental se inicie más tarde, porque hace falta más dinero, invertir en ciencia".
En Estados Unidos pasan por momentos críticos los grandes proyectos científicos y tecnológicos, como la estación espacial y el superacelerador de partículas SSC, cuya financiación ha sido rechazada por el Congreso. "Yo apoyo totalmente el SSC, la ciencia que se quiere hacer en el superacelerador es muy importante y muy útil en cosmología porque las condiciones que se quieren ensayar en ese laboratorio son las del universo primitivo, cuando tenía una edad de fracciones de segundos", afirma decidido Smoot. "Como científico apoyo los proyectos de investigación básica".
Los apuros presupuestarios de estos grandes proyectos en Estados Unidos, ¿son coyunturales o una tendencia a largo plazo? "Depende de si eres un optimisma o un pesimista", responde Smoot. "La gente dice que la ciencia es muy importante pero no quiere pagar por ella, para que se pueda hacer. Esto es ser muy corto de vista", comenta. "El problema es que hay una re cesión económica en Estados Unidos, como en Europa, en España, y la gente quiere mantener su trabajo y tener resueltas sus necesidades. A corto plazo es lógica la preocupación, por los problemas presupuestarios y el desempleo, pero a largo plazo no sé... La sociedad moderna es tan científica y tecnológica que resulta dificil imaginarla apartada de la investigación".
El revuelo creado por los resultados de Smoot, ansiosamente esperados por los cosmólogos por su carácter de necesaria confirmación de aspectos fundamentales de la teoría de la historia del universo, han desencadenado un frenético trabajo de los científicos teóricos para ajustar sus explicaciones a los datos observacionales. "Me disgusta que con los resultados de Cobe no hayan muerto suficientes modelos teóricos, sigue habiendo demasiados. El objetivo del experimento era destruir todas las teorías menos una", dice.
Parece que nadie en el mundillo de la astrofísica se atreve a desafiar los resultados de Cobe. "A lo mejor es que son correctos", dice Smoot con ironía.
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