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EE UU crece hasta marzo la mitad de lo previsto

El júbilo del presidente norteamericano, Bill Clinton, por el triunfo en la Cámara de Representantes de su plan de reducción del déficit público duró bien poco: sólo las horas que transcurrieron hasta hacerse públicos ayer los datos que muestran que el crecimiento de la economía estadounidense en el primer cuarto de este año es de apenas un 0,9%, la mitad de lo previsto hace tan sólo un mes. Esta cifra, conocida cuando el destino de Clinton quedaba en manos del Senado, demuestra que a la economía de Estados Unidos le falta el aliento para salir de una vez de la recesión.

La cifra de 0,9% anunciada ayer por el Departamento de Comercio constituye el más bajo crecimiento del Producto Interior Bruto desde el último trimestre de 1991 y confirma que la economía norteamericana ha vuelto a entrar en un serio bache después de la sensación de recuperación que ofreció a finales del año pasado.Las autoridades atribuyen estos decepcionantes resultados al mal tiempo que afectó a casi todo el país durante los cuatro primeros meses de este año, lo que retrasó la construcción de viviendas y dificultó el acceso de los consumidores a los productos. Otras explicaciones no oficiales atribuyen el miedo de los consumidores a la incertidumbre creada por los primeros pasos de Clinton en la Casa Blanca.

Los expertos siguen creyendo que, a pesar de estos últimos datos, la tendencia hacia el crecimiento se irá acentuando en los próximos meses de este año y que la economía norteamericana presentará a final de este año un aumento del PIB de en tomo al 2,5%. Una de las condiciones casi imprescindibles para ello es que el programa económico de Clinton sea aprobado y entre en vigor lo antes. posible.

Salvado con éxito el escollo de la Cámara de Representantes anteayer, el plan de la Casa Blanca pasó ayer a debate en el Senado, donde Clinton no sólo tiene que superar el obstáculo de la oposición, sino de los miembros conservadores de su propio Partido Demócrata que consideran que el programa presidencial contiene demasiados impuestos y escasas reducciones del gasto público. Los demócratas tienen una ventaja de catorce escaños sobre la oposición (57 contra 43) en la Cámara Alta, pero al menos una docena de senadores demócratas parecen ahora mismo decididos a votar en contra de la iniciativa presidencial.

Interrumpiendo insólitamente la programación, Clinton apareció en la noche del jueves en la televisión para felicitarse por la votación de la Cámara de Representantes y asegurar que ese resultado supone "la victoria del crecimiento económico sobre el bloqueo parlamentario". "La Cámara de Representantes ha demostrado valor y convicción. Espero que el Senado se sume hoy a la misión de devolverle al país un futuro", declaró el presidente norteamericano.

La ley, aprobada por la exigua diferencia de 219 votos contra 213, prevé la reducción del déficit en 337.000 millones de dólares en los próximos cinco años, la aportación de 250.000 millones de dólares en nuevos impuestos y el recorte de 87.000 millones de dólares en el gasto público.

Nuevas normas

Las nuevas normas impositivas suponen el aumento de un 31 % a un 36% en los tipos sobre las parejas con ingresos por encima de los 140.000 dólares anuales, lo que todavía deja los impuestos estadounidenses casi 20 puntos por debajo de los tipos que se aplican en España. El apartado más polémico de esta ley es la implantación de nuevas tasas sobre la energía, a lo que se oponen los senadores demócratas de los estados petroleros y otros representantes del sector conservador del Partido Demócrata que critican el plan de Clinton por no ser lo suficientemente ambicioso en los recortes del gasto público.

El proyecto aprobado contempla una reducción presupuestaria de 87.000 millones de dólares, que saldrán, fundamentalmente, del recorte de la ayuda sanitaria a los jubilados y de la reducción de los sueldos de los médicos y de los beneficios de los hospitales públicos, así como la disminución de las pensiones a los funcionarios del Estado.

Bill Clinton consiguió sacar adelante su programa en la Cámara de Representantes después de muchos días de negociaciones, a veces individuales, con los diputados, a los que tuvo que prometer que revisará en el futuro algunos de los aspectos de su política de impuestos.

Pese a eso, Clinton no consiguió el apoyo de uno solo de los representantes republicanos y perdió el voto de 38 de los diputados de su propio Partido Demócrata, lo que demuestra hasta qué punto la relación del presidente con el Congreso se mueve sobre el filo de una navaja.

La 'guerra comercial'

Por otra parte, el representante de Comercio del Gobierno norteamericano informó ayer que España, Grecia y Portugal están excluidas de las sanciones que ha decidido aplicar Estados Unidos a la CE por la disputa sobre los contratos públicos de telecomunicaciones. Esta medida prohíbe a las agencias de los gobiernos federales la contratación de ciertos bienes y servicios de empresas comunitarias de transporte, comunicación y construcción.

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