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FOMENTO DE NUEVAS EMPRESAS

Regenerar el tejido

La política de incentivos regionales logra mantener el empleo de 300.000 trabajadores

Los planes para el fomento y la creación de empresas en España son múltiples y complejos. Desde las vacaciones fiscales anunciadas por el Gobierno vasco hasta las subvenciones a fondo perdido, y siempre bajo la atenta mirada de la CE, que desde Bruselas ejerce el papel de árbitro para reequilibrar el mapa europeo. Contra la crisis, nuevas empresas. Ese es el argumento central del esfuerzo inversor del Gobierno central y de las autonomías ante la falta de iniciativas empresariales y el cierre masivo de sociedades. La política de incentivos regionales que impulsa la Administración central en colaboración con la CE ha servido para crear 89.570 empleos y mantener otros 189.034, según datos del Ministerio de Economía.

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El poder del dinero

El Gobierno, a través de los incentivos regionales, y las comunidades, con otras ayudas, tratan de zurcir un tejido industrial rasgado por los envites de la recesión. Y en esta competencia, la propuesta de vacaciones fiscales del Gobierno vasco, que ofrece la exención del impuesto de sociedades por 10 años a las nuevas empresas, ha levantado las protestas no sólo de la Hacienda central, sino también de otras autonomías que temen perder futuras inversiones.El programa de incentivos regionales, que nació en 1988 y que supone el acceso a dinero a fondo perdido para nuevos proyectos empresariales, ha aprobado ya la concesión de 377.000 millones de pesetas para subvenciones. De esa cantidad, 130.331 millones ya se han desembolsado y han contribuido a crear 89.570 empleos y mantener el de otros 183.034 trabajadores. (Véase cuadro).

"El Gobierno español ha hecho un gran esfuerzo para equilibrar el mapa español con los fondos de incentivos regionales", dice Magdalena Álvarez, directora de Incentivos Regionales del Ministerio de Economía y Hacienda.

De los 130.331 millones de pesetas desembolsados para subvenciones, 14.856 proceden del Fondo de Desarrollo Europeo (Feder) de la CE. Para este año se prevé una aportación de otros 21.000 millones de pesetas. Existe además un plan, actualmente en negociación, de tres años de duración, con el que se pretende que el Feder aporte 70.000 millones, que se unirán a una aportación idéntica por parte del Estado español, según Magdalena Álvarez.

El número de solicitudes para creación de nuevas empresas o bien de ampliación de las ya existentes ha sido en ese periodo de 8.859, de las cuales 5.250 han sido aprobadas.

Siempre son las comunidades autónomas las que gestionan la petición y siempre se paga el proyecto una vez hecha la inversión para evitar la consabida picaresca nacional de coger el dinero y no invertirlo.

Los recursos del Feder (que se canalizan desde hace año y medio en España) se dirigen sólo a las comunidades autónomas españolas que cuentan con una renta que no llega al 75% de la media de la Comunidad Europea. En ese caso se encuentran todas las comunidades españolas a excepción del País Vasco, Rioja, Navarra, Cataluña, Madrid y Baleares. Aragón y Valencia tienen parte de su territorio en una situación y otra parte en la otra.

Tratamiento de choque

El tope de subvención en los proyectos de nuevas empresas no puede exceder nunca del 50% del dinero total de la inversión de cada proyecto. Actualmente hay poblaciones españolas que reciben un "tratamiento de choque" por la gravedad de su crisis y reciben hasta el 75% de subvención en inversiones. Estas poblaciones son Cartagena, Ferrol, Fregenal de la Sierra y Jérez de los Caballeros.

El tope de subvención tiene en cuenta las ayudas que hayan recibido de otras administraciones. La coordinación, según Economía, ha funcionado bien hasta ahora para que nadie se haya excedido en el límite establecido. "La política de incentivos regionales es una política a largo plazo, que busca el equilibrio regional a través de la creación de nuevas empresas y fomentando la vocación de nuevos empresarios", recalca Magdalena Álvarez.

Para el director de formación de la CEOE, Juan Hernández, "a pesar del esfuerzo de la Administración con los incentivos regionales y creación de la ventanilla única, los trámites para crear una empresa son aún complejos y desaniman el escaso interés de los nuevos empresarios".

La situación para el director de la CEOE es muy preocupante. "Esta semana, en el curso de formación de nuevos empresarios pregunté a los alumnos cuántos crearían una empresa si les tocaran 100 millones a la Lotería Primitiva. Ninguno levantó el brazo. Prefieren colocarse en una empresa grande que crear una nueva". Aunque muchos se apuntan a formarse para ser futuros empresarios, "muy pocos después se -tiran al agua", afirma. Reconoce que el precio del dinero es prohibitivo y que sin avales los bancos "no sueltan un duro".

La CEOE no posee datos de las nuevas empresas que se crean anualmente en España. Pero afirma que en Europa nacen al año un millón y medio de empresas, justo la mitad que en Estados Unidos, país con un alto índice de nacimiento y mortalidad de empresas. La CEOE sí ofrece el dato de que en los últimos 10 años han desaparecido en España 225.000 empresas, a una media de 22.500 al año.

El Ministerio de Industria colabora en la creación de nuevas empresas a través del Instituto para la Mediana Empresa Industrial (IMPI). José Méndez, su director general, señala que se actúa en dos frentes. De un lado, en labores de información y asesoramiento, y, de otro, se invierte directamente en la creación de empresas. Dentro de este último apartado, el instituto ha creado, bajo el auspicio de la Comunidad Europea, 14 centros europeos de innovación y empresa en otras tantas poblaciones españolas. El IMPI participa en el capital de estos centros, que tienen una función local de creación de empresas innovadoras. A cada centro el IMPI le ha aportado una media de 239 millones de pesetas.

También participa en la creación de sociedades de acción colectiva. Son sociedades anónimas integradas por asociaciones de pequeños y medianos empresarios que, respetando su individualidad, aúnan esfuerzos en proyectos comunes. Desde 1979, fecha en que nació este programa, hasta el 31 de diciembre de 1992, el IMPI ha participado en 102 proyectos, con unas inversiones directas de este organismo de 1.952 millones de pesetas. La media de capital suscrito en cada proyecto es del 20%, aunque puede llegar hasta el 45%. Estos proyectos han agrupado a 2.058 empresas, con un total de 69.562 trabajadores, y han permitido movilizar 7.628 millones de pesetas de capital privado.

Puzzle regional

El fomento de nuevas industrias es uno de los objetivos de la Ley de Industria, que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 24 de enero. Esta ley trata de fijar los medios para coordinar en materia de industria a las distintas administraciones, hecho que no consigue, según José Manuel Suárez, secretario de acción sindical de UGT del Metal.

El desarrollo regional por la vía de incentivos es un modelo agotado, según José Emilio Cervera, director asociado de Andersen Consulting, consultora que ha elaborado varios planes estratégicos de desarrollo regional. Refiriéndose a las vacaciones fiscales vascas afirma que no deberían existir peculiaridades históricas económicas "porque siempre se van a producir agravios de comunidades ricas sobre pobres y viceversa en otras ocasiones. Hay que buscar un marco homogéneo porque vamos hacia un mercado global. Al puzzle regional español hay que dotarle de un código uniforme para que atraiga inversión de otros lugares y no la espante".

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