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La lira se hunde bajo la incertidumbre que aflige al Gobierno italiano

La divisa italiana, que ayer cayó bajo un mínimo histórico de 1.004 liras por marco, es la víctima más visible de la incierta situación política italiana y de los males que amenazan al país si las perspectivas actuales se mantienen. Ayer, la posibilidad de salir de la crisis que bloquea al Gabinete del socialista Giuliano Amato mediante la formación de un nuevo Gobierno institucional parecía muy remota, dada la oposición de sectores ex comunistas y democristianos.

Pietro Ingrao, líder del ala radical del Partido Democrático de la Izquierda (PDS, ex comunista), expresó, en efecto, contrariamente a lo que había sugerido la dirección de su partido, una oposición frontal a que el PDS apoye ese Gobierno, como quiere el secretario, Achille Occhetto. La negativa de Ingrao representa una especie de puntilla a los afanes del presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, por dar vida a ese Gabinete, cuya dirección podría encomendar al ex comunista Giorgio Napolitano, presidente de la Cámara de Diputados.El proyecto de un Gobierno institucional que entraría en funciones tras el 18 de abril, fecha en la que se celebrarán los referendos sobre la reforma política, había recibido ya un duro golpe el pasado jueves, cuando el secretario de la Democracia Cristiana (DC), Mino Martinazzoli, anunció que, por mala que sea su situación tras las investigaciones sobre presuntas corrupciones e intereses mafiosos de dirigentes, la DC no permitirá que se la "humille" con la entrega del Gobierno a Napolitano.

Esa perspectiva de la entrada de los ex comunistas en el Gobierno, por la que Scalfaro batallará en los próximos días, no favorece la estabilidad de la divisa italiana, cuya cotización está ligada a las especulaciones sobre una ingente deuda pública en la que hay refugiados casi unos 150 billones de pesetas de dinero negro.

El giro a la izquierda del Gabinete hace más probable la perspectiva de una eventual suspensión de pagos, o al menos de una moratoria, por parte del Estado. Así, huye hacia el marco mucho dinero refugiado en la deuda.

Pero peor aún es la falta absoluta de perspectivas, de Gobierno a la que apuntan las divergencias entre los partidos y que daría paso a una convocatoria inmediata de elecciones de efectos imprevisibles.

Por otra parte, Mario Artali, administrador del grupo público alimentario SME, fue detenido ayer por orden de la magistratura de Nápoles acusado de financiación ilícita del Partido Socialista Italiano.

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