Al ministro de Justicia se le rompió el zueco
A veces, a un holandés se le rompe el zueco. Esta expresión los holandeses la usan cuando algo les causa gran asombro. A mí se me rompió el zueco cuando me enteré de la explicación que en el extranjero se daba a nuestra ley sobre la eutanasia.En algunos casos, la deformación ha llegado a ser tan grande que incluso me pregunto si se trata del mismo proyecto de ley que yo defendí ante el Parlamento holandés. A veces, la imagen que se había creado resultó, en definitiva, grotesca. Y no sólo en el Vaticano.
Estaríamos preparando un proyecto para practicar la eutanasia con recién nacidos malformados, llegándose incluso al extremo de afirmar que se preveía la apertura de clínicas especiales para la eutanasia.
¡Disparates! ¿Cuál es el contenido del proyecto de ley aprobado, a principios del pasado mes de febrero, por la Segunda Cámara (el Congreso de los Diputados del Parlamento holandés), y que ha sido causa de tanta confusión y tantos malentendidos en el exterior?
Elemento central en el proyecto de ley es que se sigue penalizando la eutanasia, dejándose sin modificar el Código Penal que, desde 1888, prohíbe la eutanasia. Todas las propuestas de legalización presentadas por la oposición han sido rechazadas por una gran mayoría parlamentaria.
Lo que sí han aprobado los diputados es la propuesta del Gobierno de formalizar el procedimiento de denuncia al fiscal de cualquier caso de intervención médica para acelerar el proceso de defunción. Según la propuesta, el fiscal debe decidir en cada caso concreto si hay motivo para proceder a la persecución judicial. Caso de que la Primera Cámara (el Senado del Parlamento holandés) apruebe la propuesta, se procederá a la formalización legal de dicho procedimiento.
Como ministro democristiano considero la propuesta positiva y equilibrada. Al ministerio fiscal le brinda un instrumento para confrontar casos de eutanasia con lo dispuesto en el Código Penal.
En todos los casos no justificados por fuerza mayor o por una situación de necesidad -éstas son excepciones aceptadas por el derecho holandés-, la justicia procederá a la persecución, cosa que se hará siempre que se trate de pacientes que no fueran capaces de solicitar expresamente la eutanasia: comatosos, recién nacidos y pacientes psiquiátricos.
La cultura holandesa se caracteriza por su mentalidad abierta. Es una tradición de la que me siento orgulloso. Lo que hacemos lo hacemos preferiblemente al descubierto: misterio, oscurantismo, hermetismo, en Holanda todo eso levanta sospecha.
Derecho a saber
En cuanto a la eutanasia, mucho me temo que la práctica médica no diferirá mucho entre. los diferentes países europeos. Muy probablemente se practica más de lo que pensamos. Del extranjero me llegan, a veces, noticias que me dan horror. Es por eso que yo abogo por la transparencia.
En cuestiones de vida y muerte tenemos el derecho de saber lo que pasa. La trascendencia del tema lo exige.
En Holanda queremos que la práctica de la eutanasia sea transparente. Es por eso que hemos intensificado el procedimiento de denuncia, porque obliga a los médicos a denunciar las circunstancias exactas, en que tomaron sus decisiones. Para los pacientes supone una máxima seguridad jurídica y permite al ministerio fiscal hacer una óptima evaluación.
En resumen: lo que se prepara en Holanda es un régimen de eutanasia que permita actuar de forma muy responsable en cuestiones de vida y muerte.
He aquí por qué se me rompió el zueco.
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