El jefe de la ONU en Bosnia dice que no vio atrocidades en el enclave musulmán de Cerska
M. TOMIC / AGENCIAS "Gracias a Dios, parece que no ha habido atrocidades allí. Hay guerra, pero no atrocidades" declaró ayer el general Philippe Morillon, jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia-Herzegovina, a su regreso del enclave musulmán de Cerska, en Bosnia oriental, aislado y asediado desde hace 10 meses por las fuerzas militares serbias. La columna blindada de los cascos azules en la que viajaba Morillon se vio obligada a dar media vuelta cuando se encontraba a un kilómetro del centro de Cerska.
Morillon fue bloqueado en un puesto de control serbio. El general francés pasó la noche del viernes en las montañas nevadas cerca de Cerska y pudo visitar algunos pueblos de la zona antes de emprender regreso hacia Tuzla y posteriormente a Sarajevo." Podemos asegurar que no hay indicios de matanzas y que no hay cadáveres", dijo Morillon, quien describió la situación en Konjevic Po1je, cerca de Cerska, de "difícil, naturalmente, pero no demasiado dramática".
"Están sufriendo escasez, pero no se están muriendo de hambre", añadió. "Hemos visitado todas las casas y cuando me fui había aproximadamente 75 heridos que deben ser evacuados... La diferencia es que se nos había dicho que había allí 700 heridos".
El doctor Simon Mardel, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), acompañó a Morillon en su misión e informó a través de la radio que tuvo la oportunidad de ver las condiciones en Srebrenica y Konjevic Polje.
Mardel aseguró que 9.000 mujeres, niños y heridos estaban listos para la evacuación y describió las pésimas condiciones en el hospital de Srebrenica, donde entre 20 y 30 personas mueren cada día por el hambre, las enfermedades y las heridas. Unas 2.000 personas necesitan atención médica inmediata. Cuatro mil refugiados de Zerska y Konievic Polje alcanzaron Srebrenica tras la ofensiva serbia huyendo a través de las montañas.
Al mismo tiempo, la sexta misión norteamericana de lanzamiento de ayuda humanitaria desde aviones concluyó anoche. Veinticinco toneladas de alimentos y 500 kilos de medicinas cayeron en la zona de Konjevic Polje y Srebrenica. Fadil Heljic, radioaficionado de la región, declaró que siete bultos con la ayuda fueron localizados y distribuidos entre la población.
Conforine pasa el tiempo la misión norteamericana se está volviendo más precisa. Sin embargo, en ausencia de los medios de comunicación e informaciones independientes en los enclaves musulmanes, se ignora cómo se distribuye la comida y cuánta gente tuvo acceso a los 30.000 paquetes de la ayuda norteamericana.
Una vez presentado el informe por el general Morillon, que ayer detalló en una rueda de prensa en Sarajevo la dramática situación de la población atrapada en los enclaves, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Unprofor (la Fuerza de Protección de la ONU en la antigua Yugoslavia) deben decidir si evacuan a la población o intentan llevar la ayuda a su lugar de residencia. En la ciudad de Tuzla, desbordada por los refugiados, esperan la llegada de 20.000 personas.
Pero los radicales serbios no están dispuestos a dar facilidades. El general Ratko MIadic, comandante de las tropas serbias en Bosnia, ordenó ayer la suspensión del paso de la ayuda a través de los territorios bajo su control tras el ataque de francotiradores musulmanes en Sarajevo contra un convoy de 16 camiones, organizado por la Iglesia ortodoxa. Tres conductores resultaron heridos.
'Limpieza étnica'
Tony Land, portavoz del ACNUR en Sarajevo, sitiada desde el pasado mes de abril, sostiene que esta organización no constribuye a la limpieza étnica, pero sí debe ayudar a la evacuación de la población civil si las condiciones de vida se vuelven insoportables.
Las organizaciones de la ayuda humanitaria internacional no pueden depender de la buena voluntad del Ejército serbio para dejarles pasar o bloquearse cuando intentan llevar las provisiones a los enclaves. Y es una dificultad con la que ha tenido que lidiar hasta el propio jefe de los cascos azules, el general Philippe Morillon, en su desplazamiento a Bosnia oriental.
Hace tres días, una representante de la organización humanitaria francesa Equilibre fue asesinada mientras participaba en una misión humanitaria. Más de una vez, las autoridades de Sarajevo han impedido u obstaculizado la entrega de la ayuda humanitaria a la población, procedente de las diferentes organizaciones humanitarias serbias, para protestar contra las condiciones de vida de las poblaciones musulmanas en el este de Bosnia, sitiadas desde hace más de diez meses.
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