La píldora RU-486
Clinton, fiel a sus promesas electorales, se ha dispuesto con presteza a remover algunas de las barreras impuestas al ejercicio del aborto por las administraciones de Reagan y Bush. Algunos de estos cambios son fáciles: revocar normativas, aprobar órdenes ejecutivas. Otros requieren una legislación, y el Congreso tiene claro que Clinton firmará las medidas vetadas por sus predecesores. Pero el caso de la píldora francesa RU-486 representa un problema completamente distinto que no pueden solucionar ni la Casa Blanca ni el Congreso. (...) Se fabrica en Francia y en China y ha sido utilizada con éxito. ( ... ) La empresa francesa y su filial alemana decidieron no pedir la licencia para EE UU. Los fabricantes europeos temían la vehemencia y -hasta el mes pasado- el poder político de los grupos antiabortistas. No es cierto, como se ha dicho, que los hospitales católicos planeen boicotear a la empresa. ( ... ) Aunque algunos antiabortistas hayan amenazado con organizar manifestaciones y ( ... ) hacer la vida dificil a la compañía. (...)Ante un rival comercial [China], los franceses podrían decidirse por entrar en el mercado norteamericano antes que perderlo. Era una locura pensar que un descubrimiento científico de esa clase pudiera quedar inaccesible indefinidamente a millones de mujeres que lo necesitan. Los resultados de las elecciones podrían haber dado valor a los fabricantes. Quizá la competencia resulte un acicate más efectivo.
23 de febrero
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.