La hormiga que todo lo guarda
Cincuenta años ha trabajado Jorge Palacio en el edificio de la madrileña calle de Joaquín Costa. Los mismos que lleva existiendo allí el archivo de No-Do, por el que se sigue pasando casi cada día un poco nostálgico, ahora que ya está jubilado. Palacio no está de acuerdo con los comentarios de uno de los tres documentalistas que hoy cuidan de todo el material cinematográfico cuando asegura que el archivo y él son la misma cosa.
"Yo entré aquí con 16 años, ayudando a mi padre, que era cámara. Después hice de todo y me dediqué a cuidar del material porque me gustaba. Aunque fue una tarea un tanto ingrata, yo era un poco la hormiguita que lo guarda todo". Es lo único que reconoce, porque después añade que el archivo es obra de mucha gente "que ha trabajado sin pausa" y se queja de que no haya sido adecuadamente valorada la labor de todos los que lo han hecho posible. "No-Do no tiene el prestigio que merece", dice y guarda rotundo silencio cuando se habla de aspectos políticos.
Propaganda franquista incluida, lo cierto es que hoy se pueden volver a ver miles de imágenes de toda una época. Todo está almacenado en millones de metros de cintas guardadas en los sótanos (con el curioso nombre de Voltios en las puertas de acceso) del edificio que hoy es también sede de Radio Exterior de España. Allí se puede descubrir desde la primera imagen registrada en España (rodada en 1896), que muestra los tranvías arrastrados por caballos en la Puerta del Sol de Madrid, hasta noticiarios extranjeros que aún están por revisar, pasando por documentos filmados en el frente durante la guerra civil española o la muerte de toreros ilustres como Joselito.
La Filmoteca Nacional, de quien depende el archivo, suministra desde diciembre pasado gran parte de las películas en vídeo (en el sistema VHS) tanto a particulares como a instituciones. Durante 1992 se vendieron 1.600 documentos a particulares. A TVE se le prestaron nada menos que 10.000 documentos.
Babelia
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