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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre Iberia y Aerolíneas Argentinas

Iberia es una de las empresas españolas (véase EL PAÍS del 3 de enero de 1993) que se ha definido por su estrategia iberoamericana para su internacionalización, considerando que la oportunidad mejor para nuestro grupo, actualmente entre los 10 primeros del mundo por número de pasajeros transportados, está en consolidar una red tupida de rutas aéreas en aquel continente que le garantice la hegemonía aérea entre Europa e Iberoamérica a lo largo de los próximos decenios.Dentro de esa estrategia, la adquisición del 30% de Aerolíneas Argentinas, una de las primeras empresas privatizadas por el Gobierno del presidente Menem, ha sido, y lo sigue siendo, fundamental para Iberia. Pero el proceso privatizador, ya concluido en lo que se refiere a las condiciones del contrato, aportación de capital, actualización de flota, mantenimiento, etcétera, ha contado con enormes dificultades.

A lo largo de más de un ano, las divisiones políticas en torno a la privatización de una de las llamadas "joyas de la abuela", la retirada de algunos accionistas argentinos de la nueva aerolínea y la vuelta del 43% a manos del Estado argentino han provocado un enorme daño a la imagen de Aerolíneas Argentinas y, consecuentemente, al prestigio de Iberia como empresa que gestiona los destinos de la emblemática sociedad argentina.

El respeto de Iberia hacia Aerolíneas Argentinas y a los representantes del Estado de aquella nación ha determinado una política de no intervención pública para informar a la opinión del país iberoamericano de las dificultades y las causas que ha debido afrontar Iberia en todo el proceso.

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Lamentablemente, como no podía ser de otro modo, la reiteración de denuncias sin posterior comprobación, la filtración de informaciones interesadas que luego se demostraban falsas y tal vez insuficiente reacción por parte de la propia estructura de Aerolíneas Argentinas han terminado por crear en la opinión pública de aquel país un estado de desconfianza hacia su línea de bandera, hacia la gestión de Iberia y -en último extremo- hacia España. Desde hace unas semanas, el Grupo Iberia ha decidido incrementar su colaboración con Aerolíneas Argentinas para reconducir, con la mayor transparencia ante la opinión pública, el día a día en la gestación de la aerolínea argentina.

En respuesta al lector de EL PAÍS [carta del 2 de enero], el Grupo Iberia desmiente la existencia de comisiones ocultas -o cualesquiera otras fórmulas de pago para lograr su participación en Aerolíneas Argentinas fuera del conducto previsto por

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el contrato firmado por el Gobierno argentino, único interlocutor de Iberia antes de la privatización y con posterioridad a la misma.

Por lo que respecta a la supuesta inseguridad de Aerolíneas Argentinas, hay que subrayar que, a partir de la toma de participación de Iberia, se han incrementado los controles sobre las aeronaves y existen en perspectiva planes de mejoras en la formación del personal, que -por otra parte- es el mismo que ha llevado a Aerolíneas Argentinas, a lo largo de su reciente historia, a las cotas de prestigio que todavía hoy mantiene para la mayoría de los usuarios de todo el mundo.

A lo largo de los últimos meses, sólo un incidente de cierta trascendencia cabe registrar (en contra de los que atribuyen a aviones de Aerolíneas Argentinas los enemigos de su privatización). Se trata de un aborto de despegue de un Boeing 737, acaecido en el aeropuerto de San Luis el pasado día 27 de noviembre, que se saldó sin daños personales y con un susto mayor del previsto, dadas las insuficientes infraestructuras con que cuenta el citado aeropuerto en caso de emergencia.

Finalmente, existe un conflicto laboral con motivo de la decisión del empresario de licenciar a 775 empleados de Aerolíneas Argentinas como parte de un plan de racionalización que permita a la empresa superar a sus competidores, que son tanto aerolíneas norteamericanas como de países limítrofes e incluso europeas.

Los sindicatos argentinos conocían desde el inicio de la privatización la decisión de Iberia de proponer este plan de ajuste, y en estos momentos existen conversaciones avanzadas para dar una salida a esta situación. Al haber surgido una oposición frontal a estos planes en una parte de la plantilla de Aerolíneas Argentinas, durante las últimas semanas se han producido retrasos y dificultades en algunos vuelos y rutas.

A pesar de estos problemas, derivados de la imprescindible modernización de Aerolíneas Argentinas, y de la mala imagen coyuntural de la línea aérea entre los argentinos, el Grupo Iberia ha manifestado su voluntad de permanecer al frente de la gestión de Aerolíneas Argentinas para convertir a esta empresa en el eje de su estrategia de futuro, junto con la venezolana Viasa y la, también participada, Ladeco de Chile- Jefe de prensa de Iberia.

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