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Solana no se interesó por ningún disidente, según el canciller cubano

El canciller de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada, desmintió ayer que el titular español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, se haya interesado por la suerte de disidentes en su país en el curso de la conversación que mantuvieron el lunes ambos ministros.

"No hablamos de casos específicos, ni de personas ni de listas y creo que estaba absolutamente despierto" durante la entrevista, afirmó Alarcón en una conferencia de prensa en su embajada a la que fueron invitados sólo algunos medios de comunicación.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Juan Leña, declaró el lunes que la delegación española entregó durante la entrevista al embajador de Cuba, Luis Méndez Morejón, una lista de siete disidentes que deseaban abandonar la isla y le pidió que le facilitase su salida.

Méndez Morejón, que acompañaba a Alarcón durante la rueda de prensa, también negó haber recibido tal lista. Se limitó a reconocer que "hace un mes y medio o dos meses el Gobierno español si le manifestó su interés por determinadas personas pero ese asunto no tiene nada que ver".

Alarcón reconoció, sin embargo, que él y su anfitrión español "no tenemos un punto de vista idéntico" sobre la situación en Cuba "lo que no quiere decir que tengamos posiciones contradictorias". "Simplemente no son enteramente coincidentes".

Quejas contra los colegas

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El canciller, que viajó ayer a París, dedicó buena parte de la rueda de prensa a quejarse de la actitud de sus colegas de la Conferencia Iberoamericana -ocho ministros estuvieron reunidos el lunes en Madrid- que durante la sesión de trabajo "no dijeron una palabra sobre Cuba" pero que, cuando salen, consagran a su país el grueso de sus declaraciones.Propuso a renglón seguido que la próxima reunión de cancilleres "se celebre en una plaza pública a ver si es verdad que el señor di Tella (ministro de Argentina) dice lo mismo en ese foro". Invitó a continuación a sus homólogos a que "tengan un mínimo de integridad moral".

Con el evidente empeño de arremeter contra Di Tella, Alarcón dejó caer incluso que la siguiente reunión podía convocarse "en Buenos Aires, en la plaza de Mayo dónde hay unas señoras que desfilan periodicamente desde hace años" exigiendo al Gobierno aclaraciones sobre la suerte de cientos de familiares suyos desaparecidos durante la dictadura.

Tras calificar la relación bilateral con España de "normal", Alarcón se despidió lamentando, sin embargo, que la relación oficial no se corresponda con el calor popular ni tampoco con el de los empresarios españoles" que invierten en Cuba. "Noto el contraste", entre el Gobierno y el pueblo, "pero no tengo ninguna explicación". Afortunadamente "no se ha manifestado ningún desánimo por parte de los inversionistas españoles".

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