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El Senado brasileño seguirá el proceso contra Collor a pesar de su renuncia a la presidencia

El Senado de Brasil decidió ayer, por una aplastante mayoría de 73 votos contra 8,seguir adelante con el juicio político contra el presidente destituido, Fernando Collor de Mello, a pesar de que éste renunció renunció a su cargo pocos minutos después del comienzo de la sesión. Con su dimisión, Collor pretendía que se suspendiera el proceso que se sigue contra él por "violación del honor, la dignidad y el decoro del cargo". Tres horas más tarde, el vicepresidente, Itamar Franco, prestó ante el Parlamento su juramento como jefe de Estado.

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Aunque Collor justificó su renuncia alegando una supuesta ausencia de respeto a los derechos de la defensa, el verdadero motivo de su renuncia parece ser otro. Se trata de evitar así una condena por el Senado -el resultado positivo de la votación no dejaba lugar a dudas- que implicaría una inhabilitación de Collor de Mello para ejercer cargos públicos durante ocho años. Todo parece indicar que el Senado, que seguirá con el juicio, privará mañana de sus derechos civiles al destituido presidente.Algunos políticos observaban al respecto que si el Senado no condena a Collor de Mello, éste puede presentarse como candidato a un cargo legislativo en las elecciones de 1994 y protegerse así con la inmunidad parlamentaria contra un proceso por delitos comunes.

Al iniciarse ayer por la mañana la sesión en la Cámara Alta, el defensor del presidente, José Moura Rocha, había intentado una última maniobra dilatoria al pedir la suspensión del juicio debido a la ausencia de uno de los testigos, el ex diputado Thales Ramalho. Al ver denegada su solicitud, Moura Rocha pidió que, constara en acta que se estaba "cercenando el derecho a la defensa" de su cliente.

Pocos minutos después, cuando prestaba declaración como testigo el ex presidente del Banco Central, Francisco Gros, el defensor del mandatario pidió una. interrupción para leer una breve: carta manuscrita en la que Collor de Mello renunciaba a la primera magistratura.

De inmediato, el presidente de la Corte Suprema, Sidney Sanches -quien, de acuerdo con lo previsto en la Constitución, presidía la Cámara Alta para esta ocasión- suspendió temporalmente la sesión. El presidente del Congreso., el senador Mauro Benevides, convocó entonces a ambas cámaras legislativas para que se pronunciaran sobre la dimisión del mandatario.

Faltaban 13 minutos para el mediodía cuando Benevides declaró "vacante la presidencia de la república" y convocó al vicepresidente en ejercicio, Franco, para que asumiera el cargo.

Las bolsas de valores saludaron eufóricamente con fuertes alzas la caída del jefe de Estado tachado de corrupción. Ayer, los títulos bursátiles subieron un 4,4% en previsión de la renuncia o destitución de Collor. En el Congreso, diputados y senadores circulaban por los pasillos con la leyenda "ya se fue" pintada en el rostro con lápiz de labios, festejando así el fin del escándalo que sacudió Brasil durante siete meses. A primera hora de la tarde grupos de manifestantes con el rostro pintado ocuparon las calles de las grandes ciudades para .expresar su satisfacción.

Si además de la presidencia, Collor pierde sus fueros le espera un juicio ante la Corte Suprema acusado de cohecho y asociación ilícita.

El epílogo del escándalo podría sin embargo ser otro: según varias fuentes, el avión particular de un empresario amigo de Collor, Luiz Esteváo de Oliveira, estaba preparado para despegar del aeropuerto de Brasilia y llevar al presidente destituido a Francia o España, donde pediría asilo político. Ante esta eventualidad, el fiscal general del Estado, Aristides Junqueira analizaba ayer los recursos legales de que dispone para evitar la huida del dimitido presidente.

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