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Reagan, Gorbachov y Kohl, elegidos "ciudadanos de honor" de Berlín

La ciudad de Berlín celebró ayer el tercer aniversario de la caída del muro que la dividía con la concesión de la ciudadanía de honor a tres personajes cuya actuación fue clave para poner fin a la guerra fría: el ex presidente estadounidense Ronald Reagan; el último presidente de la desaparecida URSS, Mijaíl Gorbachov, y el todavía canciller de Alemania, Helmut Kohl. La ceremonia tuvo lugar en el Reichstag, presidida por el alcalde de la ciudad, Eberhard Diepgen, y con la presencia de Kohl y Gorbachov. Reagan excusó su asistencia por motivos de salud y envió un representante.

El canciller Kohl, un hombre del sur, del Palatinado, de una cultura casi enfrentada a la prusiana, se mostró muy orgulloso de su nueva condición de berlinés, de quien dijo: [el berlinés] "tiene un carácter muy directo que a alguna gente puede asustarle, pero que a mí me parece fantástico".La ilusión del canciller hubiera sido conseguir el puesto número cien en la lista de honor de la capital, pero no pudo obtenerlo pese a los desvelos de sus colaboradores y de su partido, que gobierna en la ciudad. Unos y otro consiguieron en las últimas semanas que les fuera retirado el galardón a algunos nazis y otros líderes comunistas de la antigua República Democrática Alemana. Pese a todo se quedó más allá del cien. Gorbachov es el 102, Kohl el 103 y Reagan el 104. Otros ciudadanos de honor son el primer canciller de la Alemania unida, Otto von Bismarck, Konrad Adenauer, Helmut Schmidt y Willy Brandt. El primer galardón fue concedido en 1813.

Para Kohl, el 3 de noviembre de 1989 se inició la superación de la división de Alemania, que el 3 de octubre de 1990 se concretó en la unificación. "Pero la unidad interna de Alemania", dijo, "no está conseguida, y Berlín podría ser el mejor lugar para que sirva de ejemplo de esta unidad interna que debemos realizar".

Ronald Reagan, que ha cumplido ya 81 años, excusó su asistencia alegando motivos de salud y envió a su ayudante Fred Ryan, quien leyó el discurso del ex presidente estadounidense, en el que pedía la celebración de los Juegos Olímpicos del año 2000 en Berlín.

El ex presidente de la antigua Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que en esta ocasión gozaba de libertad absoluta para viajar, a diferencia de cuando asistió al funeral de Willy Brandt, fue también breve. Para Gorbachov, el ejercicio de la política es cada vez más complicado, ya que "nuevos problemas exigen respuestas rápidas que implican una gran responsabilidad".

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