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GUERRA EN LOS BALCANES

El asedio de Sarajevo entra en su recta final

ENVIADO ESPECIAL, El asedio a Sarajevo puede haber entrado en su recta final tras confirmar el general canadiense Louis Mackenzie, comandante de los cascos azules, el acuerdo para una próxima apertura del aeropuerto y para que las fuerzas sitiadoras serbias permitan la entrada en la ciudad de parte de un convoy de camiones con ayuda humanitaria francesa. Sin embargo, los combates prosiguieron ayer en varios frentes y también en Sarajevo.

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Nada más que tretas

Granadas de mortero y de cañón de 105 mm cayeron ayer en numerosas partes de la ciudad y especialmente en la zona del hospital de Kosevo y del cuartel general de la Defensa Territorial de las fuerzas gubernamentales. También surgieron ayer problemas al negarse la presidencia bosnia a negociar con los dirigentes del Partido Democrático Serbio, liderado por Radovan Karadzic, a los que considera terroristas, e insistir en tratar con los mandos del Ejército serbio.Desde la ciudad de Tuzla llegaban a la capital alarmantes noticias sobre un nuevo bombardeo de la planta química HAK, que almacena grandes cantidades de cloro y mercurio. Un eventual escape de gases puede suponer una grave amenaza para la vida de más de 150.000 habitantes de toda la región.

El general Mackenzie declaró ayer a EL PAÍS que ambas partes han aceptado el plan de la ONU para abrir el aeropuerto y manifestó su "cauta esperanza" en poder recibir, "si todo es perfecto", los primeros vuelos con ayudas a partir de principios de la semana próxima. Según señaló, su encuentro con el general del Ejército serbio en Bosnia, Ratko Mladic, "ha abierto realmente oportunidades".

Poco después, la agencia Tanjug confirmó que Hasan Efendic, por la defensa territorial bosnia, y Nikola Koljevic, por las fuerzas serbias, firmaron por separado en el cuartel general de las fuerzas de la ONU un alto el fuego que debía entrar en vigor hoy a partir de las 06.00 hora española, y que permitirá la reapertura del aeropuerto de la capital bosnia.

"El aeropuerto de Sarajevo es una cuestión práctica para aliviar la desesperada situación de sus gentes, pero también simbólica. Si funciona este acuerdo puede que logremos extenderlo a otros campos", declaraba horas antes el general Mackenzie.

Las fuerzas bosnias aún veían ayer con extrema incredulidad la disposición de las fuerzas sitiadoras a abrir el aeropuerto y Poner fin al infierno en que viven casi 400.000 personas en la capital del Estado más joven de Europa. Sin embargo, algunos tenían la esperanza de que Belgrado, bajo la grave presión de las sanciones y el aislamiento, haya forzado al líder de las fuerzas serbias en Bosnia, Radovan Karadzic, a poner fin al sitio.

Las tensiones internas en Serbia, donde muchos consideran probable el estallido de una guerra civil, también podrían ser factores favorables para el fin del asedio. La llegada de varios camiones de ayuda francesa a Sarajevo después de haber estado bloqueados una semana por la milicia serbia era ayer otro indicio en este sentido.

Especialistas franceses. acudieron ayer al aeropuerto, aún en manos de las fuerzas serbias, para realizar una inspección técnica, tras la que su sorprendente diagnóstico fue que se encuentra en un "estado excelente", aunque precisaron que hoy lo revisarían de nuevo.

Evitar malentendidos

Ambas partes han enviado oficiales de enlace al cuartel general de las fuerzas de la ONU (UNPROFOR) y éstas han destacado también oficiales al cuartel del Ejército serbio y a la presidencia de la república. "Se trata ante todo de evitar malentendidos en esta fase tan delicada", declaró Mackenzie.

Con el alto el fuego firmado ayer, se supera la primera fase del plan de pacificación de Mackenzie, cuya aprobación debatirá posiblemente mañana el Consejo de Seguridad en Nueva York. La siguiente fase sería la concentración de toda la artillería, misiles y ametralladoras pesadas en varios puntos para que su uso pueda ser fiscalizado por oficiales de las fuerzas de Mackenzle. En caso de que esta concentración se pusiera en marcha, partiría rumbo a Sarajevo un batallón canadiense con cerca de mil hombres, tanquetas y armamento semipesado, que se halla en la ciudad croata de Daruvar.

Este batallón estaría encargado dé proteger el aeropuerto y los corredores por los que sería distribuida a la población de ambas partes la ayuda humanitaria que aguarda en Zagreb en manos del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para Refugiados.

El general Mackenzie expresó sus temores a que grupos de guerrilleros serbios actúen por su cuenta contra las fuerzas de la ONU "por interpretar que hemos tomado el aeropuerto por la fuerza y nos tomen por una fuerza de ocupación".

Sin embargo, señaló que "Karadzic intenta tomar el control de su gente y ha anunciado que todas las fuerzas que no están bajo el mando del general serbio MIadic serán declaradas ilegales y desarmadas". En todo caso, una vez tomado el aeropuerto por los cascos azules, éstos lo defenderán con las armas frente al intento de tomarlo de cualquiera de las partes.

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