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LA CUMBRE DE LA TIERRA

El medio ambiente es un problema de precios y cantidades, afirma Borrell en Río de Janeiro

El medio ambiente es un problema económico de precios y de cantidades, afirmó ayer en la Cumbre de la Tierra el ministro español de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, que presidirá la delegación española hasta la llegada, mañana, del presidente Felipe González. Borrell, que retrasó a última hora su intervención ante la sesión plenaria de la conferencia por cambios introducidos en su discurso, dijo que España es un país pobre entre los ricos y que sus prioridades en medio ambiente son la lucha contra la erosión y el tratamiento de aguas residuales.

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El oceanógrafo francés Jacques Cousteau declaró hace unos días en Río que esperaba que la Cumbre de la Tierra signifique el ocaso del dominio de los economistas y el inicio de la influencia de los humanistas. Pero Borrell afirmó ayer ante los medios de comunicación que el medio ambiente se encuentra en el corazón del debate económico y de la dialéctica entre el Norte y el Sur y que los precios de la energía y de recursos escasos como el agua son el mecanismo mejor para que todos los países puedan acceder al desarrollo. "En el fondo, son problemas de administración de recursos escasos desigualmente distribuidos", y "no podemos pretender que los bosques del Tercer Mundo sean filtros de aire de los coches del Primer Mundo", fueron algunas de sus frases.España no pertenece todavía al club de los ricos, según Borrell, que mantuvo la postura ambivalente que ha merecido tantas críticas a España por parte de los ecologistas en las discusiones comunitarias sobre el impuesto verde. "He venido a Río para explicar la experiencia española, como un país que se ha desarrollado rápidamente en los últimos años, pero que. ocupa todavía una posición intermedia entre los países ricos y los países en vías de desarrollo".

Pero Borrell fue tajante al afirmar: "La postura española ante la estabilización de emisiones de anhídrido carbónico es la comunitaria", y recordar que no se deben confundir las negociaciones internas de la CE con el resultado de esas negociaciones.

"Todavía no hemos estudiado en Consejo de Ministros comunitario el proyecto de tasa sobre la energía como medio de estabilizar las emisiones de CO2 Y, por tanto, no nos hemos negado a nada. Tenemos una posición de flexibilidad, aunque mantenemos las dudas sobre su eficacia a corto plazo. Si el CO2 es perjudicial, debe considerarse un bien escaso y repartirse las cuotas que cada uno puede emitir. Queremos que nos digan cómo se van a repartir estas cuotas".

La lucha contra la erosión y el tratamiento de las aguas residuales son las prioridades españolas en la próxima década, dijo Borrell, el primer español que habla en la sesión plenaria de la la conferencia, a la vez que presentó la candidatura española a la sede de la Secretaría del Convenio sobre Biodiversidad, por su situación privilegiada en flora y fauna. También señaló que la crisis ecológica es un poderoso instrumento de transformación de valores y sistemas económicos.

El ministro insistió en que España firmará o aceptará todos los documentos de la Cumbre de la Tierra. El momento de la firma por Felipe González de los tratados de biodiversidad y cambio climático no se ha fijado todavía por problemas de agenda del presidente, según fuentes de la delegación española.

[Por otra parte, fuentes estadounidenses citadas ayer por The Washington Post dijeron que EE UU está dispuesto a "tragarse" la Declaración de Río a cambio de ciertas modificaciones en la redacción de la Agenda 21, documento que contiene los mecanismos de aplicación de la declaración, y el acuerdo de defensa de los Bosques, informa Efe].

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