Críticas al Vaticano por su veto al control de natalidad
"No podemos estar de acuerdo con que los pobres sean señalados con el dedo como si su propia existencia fuera la causa, y no el efecto, del deterioro del medio ambiente", afirmó ayer el arzobispo Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU.La posición del Vaticano sobre los problemas de la población es a menudo mal interpretada, aseguró Martino ante los delegados de más de 170 países, respondiendo así indirectamente a los que han acusado estos días en Río de Janeiro a la Iglesia católica de ser la causante de que en los documentos presentados ante la Cumbre de la Tierra no se hable prácticamente de políticas demográficas.
El arzobispo -explicó que la Iglesia católica no apoya la procreación a toda costa, sino que predica una gran responsabilidad por parte de los padres al decidir tener hijos, según las circunstancias en las que viven. A lo que se opone la Iglesia, enfatizó Martino, es a políticas demográficas impuestas, que además utilizan métodos de control de la natalidad contrarios a la moral y a la dignidad de las personas. "Los esposos tienen derecho a decidir sin presiones del Gobierno", afirmó.
Antes de su intervención, Martino explicó que la Santa Sede había recibido el apoyo de otros países para que en la Agenda 21 figuraran expresiones sobre los objetivos a lograr en materia de población "que tomen en consideración la libertad, dignidad y conciencia del ser humano".
Esta actitud ha sido criticada duramente por organizaciones, como el Population Institute, presentes en Río, que creen que la ignorancia sobre métodos anticonceptivos que permitan a las mujeres controlar su vida reproductiva ponen en peligro estos mismos conceptos de libertad, dignidad y conciencia. El presidente de este instituto, Werner Fomos, declaró el pasado lunes al diario Terra Viva, publicado con motivo de la Cumbre de. la Tierra, que si existiera "un tribunal de crímenes de guerra al que pudiésemos dirigirnos, el Papa estaría bajo juicio", lo que provocó la repulsa de Martino, quien señaló que el texto de la Agenda 21 se acordó por consenso.
Por otra parte, Martino aprovechó su discurso para recordar una vez más que países que tienen sólo el 5% de la población mundial (EE UU, aunque no lo nombró) producen el 25% de los gases de efecto invernadero.
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