Las sanciones de la ONU dividen a la sociedad serbia

El embargo total -político, económico, cultural, petrolero y deportivo- impuesto por las Naciones Unidas a Serbia y Montenegro ha dividido ya a la opinión pública serbia. Los titulares de los dos principales diarios capitalinos -el independiente Borba y el progubernamental Politika- reflejan las dos líneas del pensamiento. "Gueto en medio de Europa", escribe Borba en su portada. Politika asegura: "Se preparan las medidas para ablandar el bloqueo".

Zoran Djindjic, diputado del Partido Democrático e ideólogo de dicho partido, pronostica: "Sólo un cambio espectacular de Serbia sería motivo suficiente para que las organizaciones internacionales revisaran su postura de aislamiento de este país. Sin embargo, saben que esos cambios espectaculares no pueden llevarse a cabo pacíficamente, luego está claro que con la introducción de las sanciones Serbia está más cerca que nunca de la guerra civil".La oposición lamenta el sufrimiento de la población a causa del embargo económico, pero no busca a los enemigos en el exterior del país. "Estados Unidos y Rusia son nuestros amigos", dice el líder opositor Vuk Draskovic, Ias sanciones van dirigidas en contra del régimen y no en contra del pueblo serbio".

El analista político Tomislav Povic es más cauto en sus pronósticos. El descontento económico puede desembocar en el derrumbamiento del régimen o en un totalitarismo con todos los elementos fascistas. "Existe", señala, "el peligro de la guerra civil".

Los cambistas callejeros de divisas occidentales han desaparecido de las calles, dando lugar a los primeros contrabandistas de gasolina que la ofrecen a un precio tres o cuatro veces superior al normal. Las largas colas en las gasolineras se han hecho casi interminables. El Gobierno desconoce cómo organizar el racionamiento. Se calcula que las reservas de petróleo durarán unos 15 días.

Las declaraciones de los directores de las fábricas y de las empresas se suceden unas a otras: algunas alarmistas; otras aseguran que las sanciones durarán poco. Se intenta minimizar su impacto. Sin embargo, Dordje Romodu, director de una fábrica en Kula es explícito: "Tengo problemas con mis obreros. Les digo que nos encontramos al borde de la quiebra. El presidente de la república les dice lo contrario".

Las repúblicas de la antigua Yugoslavia apoyan las sanciones y el aislamiento de Serbia. Eslovenia anunció ayer que las pondrá en marcha; entre Croacia y Serbia no hay contacto alguno; Bosnia-Herzegovina no tienen nada que embargar y Macedonia aceptó implementarias a la vez que pidió a la CE y a la ONU el apoyo económico necesario para hacerlas efectivas.