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Un millón y medio de personas padecen algún tipo de depresión clínica en España

Jan Martínez Ahrens

Los frutos de la genética y de la vida moderna pueden tener un sabor amargo. En España, aproximadamente 1,5 millones de personas padecen algún tipo de depresión clínica. Este mal, que incide determinantemente en el insomnio, los accidentes de tráfico y los suicidios, tiene como anverso el avance de la psiquiatría y de la psicología: un 90% de los casos de depresión son en la actualidad curables. Ésta es una de la conclusiones del V Simposio de la Sociedad Valenciana de Psiquiatría, que ha concluido en Valencia el pasado sábado, con asistencia de especialistas de todo el país.

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La mayor frecuencia de depresiones se registra entre personas con más de 30 años y afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres. Esto no impide que los grupos más proclives a este mal sean los adolescentes -afectados en un 10%- y la tercera edad -en un 20%-, según el presidente de la Sociedad Valenciana de Psiquiatría, Adolfo Calle."En la transición de niño a hombre, cuando el sexo no está todavía definido, los problemas afectivos y escolares cobran una gran trascendencia. En las personas mayores de 60 años, en cambio, afecta especialmente el complejo de nido vacío, la menopausia y la sensación de inutilidad", afirmó Adolfo Calle, quien destacó que durante el servicio militar muchos de los suicidios atribuidos a depresiones responden a esquizofrenias mal diagnosticadas.

Una sensación perenne de tristeza, acompañada de insomnio, pérdida del apetito y de la motivación, así como un descenso en la autoestima, componen un cuadro clásico de depresión "El trasfondo biológico y los factores ambientales se combinan para dar lugar a este mal", afirmó Pilar Barreto, profesora de Psicología Clínica.

Rápidos cambios de humor

El 90% de las depresiones están causadas, según Calle, por elementos internos, relacionados con predisposiciones genéticas y alteraciones químicas cerebrales -como la disminución de la serotonina- Constituyen las denominadas depresiones endógenas."Éste es el caso de las depresiones bipolares, en las que el paciente sufre vertiginosos cambios de humor y su visión de la realidad pasa continuamente del negro al rosa, de un polo a otro. El origen de esta afección es el cromosoma 11 ", dijo Adolfo Calle. En esta línea, el riesgo de transmisión genética de la depresión bipolar de padre a hijo es de un 30%. Este peligro aumenta hasta el 70% cuando el padre y la madre la padecen.

Otro ejemplo de predisposición genética lo constituyen las depresiones monopolares, debidas al cromosoma sexual X y que afectan doblemente a las mujeres que a los hombres.

Según Adolfo Calle, las depresiones endógenas, al igual que las reactivas -provocadas por un factor ambiental como la pérdida de un familiar o un fracaso laboral-, no requieren normalmente hospitalización. Un enfermo depresivo sufre una media de cinco episodios clínicos a lo largo de su vida. En el 20% de los casos la afección se vuelve crónica.

"En las depresiones endógenas, un paciente puede pasar años sin presentar síntomas o tener recaídas frecuentes, lo que obliga a administrar medicación de forma continua", dijo Calle. Con todo, la psicoterapia y la administración de fármacos por vía oral y excepcionalmente de electrochoques hacen posible su curación en un 90% de los casos. "Los sedantes enmascaran el problema, pero no lo resuelven. Aun así, se siguen recetando por desconocimiento", indica Calle.

"Hay que desmitificar el uso de los psicofármacos, el éxito de cualquier terapia depende del peso de los factores biológicos", afirma Pilar Barreto. "Cuando una depresión es resultado de una agresión ambiental, entonces las terapias psicológicas pueden ayudar. Se trata de que el individuo realice actividades que le produzcan placer. No se trata de potenciar valores generales como el dinero, sino de cosas más concretas, como cocinar, ir al cine, leer", añadió.

El problema reside no sólo en que la gente se aleja de los depresivos, sino en que el optimismo y los comportamientos positivos generan rechazo social. "Eso es lo que ocurre, por ejemplo, en los lugares de trabajo donde la alegría y el éxito despiertan recelos", recalca Barreto.

Los accidentes de tráfico representan otra de las ramificaciones de las depresiones. En la ponencia presentada por el decano de la Facultad de Psicología de Valencia, Luis Montoro, se destacó que las tendencias suicidas de muchos depresivos les conducen a un desprecio inconsciente del riesgo al volante. Así un estudio realizado en Chicago revela que cerca del 2% de los accidentes de tráfico corresponde a tentativas de suicidio.

El aumento de la fatiga, la aparición de microsueños y en general las alteraciones de la vigilia producidas por la depresión también perjudican en la conducción. El peso de estos factores se pone de manifiesto, según el médico Alfonso Pastor, por el hecho de que el 12% de los casos de insomnio se debe a esta afección. No en balde el 90% de los depresivos presenta síntomas de insomnio tardío: aquel en el que el sujeto, tras un corto periodo de sueño, despierta.

Pero uno de los efectos más desconocidos y graves de esta afección lo componen las alteraciones sensoriales, en especial del campo visual. Este desajuste, que incide mayoritariamente en los enfermos en fase aguda, se ve potenciado por el abuso del alcohol y de fármacos psicotrópicos, común entre los depresivos.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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