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Los habitantes de Harlem, en EE UU, tienen menor esperanza de vida que los de Bangladesh

En Estados Unidos, el país con mayor poder adquisitivo per cápita del mundo, un habitante negro del barrio neoyorquino de Harlem tiene una esperanza de vida de 46 años, inferior a la de Bangladesh, Camboya o Sudán, según refleja el Informe sobre desarrollo humano 1992, publicado por las Naciones Unidas. España figura como el país número 23 de los que mejor viven en el mundo. El informe recomienda abrir las fronteras internacionales a la inmigración para combatir la pobreza, y crear un impuesto mundial sobre la renta con objeto de financiar la protección del medio ambiente.

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El Informe sobre desarrollo humano 1992, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha sido elaborado por un equipo independiente de prestigiosos economistas. En él se destaca que Canadá ha desplazado a Japón de su reinado de dos años como el país con mayor índice de desarrollo humano, a pesar de que tiene la mayor proporción de lesiones en accidentes de tráfico y también de delincuencia ligada a las drogas. Noruega ocupa el tercer lugar, seguida de Suiza, Suecia y Estados Unidos. España ocupa el lugar número 23. Aunque Estados Unidos figura en primer puesto en escolaridad y el mayor poder adquisitivo, esta potencia mundial es superada por 14 países industrializados en esperanza de vida.Estados Unidos, según el informe, tiene el mayor porcentaje de homicidios de los países de su entorno económico -nueve por cada 100.000 habitantes- y confina la mayor cantidad de presos -426 por 100.000 habitantes-, en comparación con 268 en la antigua URSS y solo 45 en Japón.

Inmigración

Los países ricos poseen la cuarta parte de la población mundial, pero consumen el 70% de la energía, el 75% de los metales, el 85% de la madera y el 60% de los alimentos de todo el mundo. Ligado a su grado de riqueza, estos países disfrutan de mayores cotas de libertad y desarrollo humano. "Si las oportunidades no van hacia la gente, la gente comenzará a viajar hacia las oportunidades", sostienen los autores del informe. "No debe olvidarse que la pobreza no necesita pasaporte para atravesar las fronteras en forma de migración, deterioro del medio ambiente, enfermedades e inestabilidad política", advierten.

Su apuesta es favorecer el movimiento de trabajadores procedentes del Tercer Mundo, cuyos países podrían obtener de ello por lo menos 250.000 millones de dólares anuales (unos 25 billones de pesetas). Por el contrario, estudios citados en el informe señalan que las barreras actuales a la inmigración supondrán la pérdida de 1.000 millones de dólares de crecimiento (100.000 millones de pesetas) en el año 2000. "La pobreza es un enemigo tan grande del medio ambiente como la riqueza despilfarrada", subraya el informe, que sugiere una serie de impuestos mundiales -sobre la renta, el consumo de combustibles y la contaminación- con destino a programas internacionales de medio ambiente.

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