"El medio ambiente no es prioritario para el Gobierno soviético"

En opinión de Perelet, el entorno natural de la Unión Soviética presenta en la actualidad un panorama desolador. El científico explica que un reciente informe del Instituto Geográfico, dependiente de la Academia de las Ciencias de la URSS, revela que el país sufre las principales enfermedades ecológicas conocidas hasta el momento: contaminación del aire y de las aguas, radiactividad, lluvia ácida y desertización. Las industrias -mayoritariamente situadas en Ucrania- tienen la maquinaria obsoleta, carecen de depuradoras y, en consecuencia, vierten los gases directamente a la atmósfera y los residuos tóxicos a los ríos, adonde van a parar también los plaguicidas y los productos químicos que se utilizan en la agricultura, se lamenta Perelet.

Respecto a la radiactividad, Perelet recuerda que la población soviética no sólo sufre los efectos del accidente nuclear de Chernóbil (1986), sino también, y en mayor medida, los provocados por el almacenamiento en 1957 de residuos de plutonio en un lago próximo a la población de Chelyabinsk, situada en los montes Urales. En esta misma región, entre 1960 y 1976 se realizaron diversas explosiones nucleares para obras de canalización de aguas. "La desecación del mar de Aral", prosigue el académico, "es otra de las catástrofes ecológicas de la URSS".

Privatización

El científico reconoce que el Ministerio de Recursos Naturales y Gestión Ambiental, que se creó hace unos cuatro años, ha tomado varias decisiones correctas en materia medioambiental, como el cierre de algunas centrales nucleares y el acondicionamiento de industrias químicas contaminantes. Pero, "de momento", insiste, "no hay forma de detener la degradación porque exigiría un esfuerzo económico que el Gobierno no está en disposición de asumir".Con todo, a Perelet aún le resta un atisbo de esperanza. "Cuando se haya llevado a cabo la reforma económica del país y se hayan privatizado las empresas", opina, "el control del Gobierno sobre el medio ambiente podrá ser más eficaz". También considera que el nivel de sensibilización de la población sobre cuestiones medioambientales ha aumentado en los últimos cinco años y que la sociedad está cada vez más preocupada por su propia calidad de vida, "que está estrechamente ligada a la del país".

Perelet dice que se siente "optimista" respecto a los acuerdos que firmará la comunidad internacional política y científica en la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo que se celebrará en Brasil el próximo año. El científico piensa que así como en la anterior conferencia, celebrada en 1972, se logró sensibilizar a la Humanidad sobre la gravedad de los problemas medioambientales, "en la próxima década se tomarán las medidas necesarias para corregir estas deficiencias".

"Estoy convencido de que eso va a ser así porque la amenaza de la destrucción del planeta se refiere a todos sus habitantes. Se trata de un enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza que se produce cuando han dejado de existir enfrentamientos políticos entre bloques, por lo que deberíamos sustituir las antiguas alianzas militares por las medioambientales", concluye.