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El Gobierno rebaja a 200.000 su previsión de nuevos empleos y eleva al 5% la inflación

El Consejo de Ministros aprobó ayer los Presupuestos Generales del Estado para 1992, donde los ingresos crecerán casi tres puntos más que los gastos (11,2% y 8,4% respectivamente, y frente al cierre de 1991). Gracias a este esfuerzo, el déficit se reducirá al 1,6% del PIB, frente al 2,2% esperado para este año. El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, presentó estas cifras y lamentó haber entrado en la polémica sobre el número de puestos de trabajo a crear en esta legislatura. La previsión sobre creación de empleo para 1992 se sitúa en algo más de 200.000 empleos (en media anual), con una inflación del 5% -los sueldos de los funcionarios crecerán en este porcentaje- y un PIB nominal del 9%.

Solchaga presentó ayer un Presupuesto que se basa en el esfuerzo fiscal para financiar el gasto y reducir el déficit. Las cifras tienen doble lectura si se comparan con el presupuesto inicial de 1991 o con la previsión de cierre del ejercicio. Así, frente a los créditos iniciales, el gasto no financiero crecería un 11,9% y los ingresos, un 8,4%, todo ello con una previsión de crecimiento económico del 9% nominal (con inflación).Sin embargo, este año los gastos crecerán en unos 700.000 millones más de lo previsto y los ingresos caerán en unos 300.000 millones. La estructura del Presupuesto para 1992 da así un vuelco y sitúa el crecimiento de los ingresos en un 11,2% y el de los gastos en un 8,4%. Esta comparación, más realista, refleja un presupuesto restrictivo en el gasto -aunque de forma selectiva- y severo en los ingresos, ya que aumentará la presión fiscal.

La diferencia entre los ingresos (12,642 billones de pesetas) y los gastos no financieros (13,619 billones) arrojaría un déficit de 977.000 millones de pesetas."Ello supondría reducir al 1,6% del PIB el déficit no financiero para 1992 en relación al 2,2% esperado para este año, pero lo superaría ampliamente si se compara con la previsión inicial (0,9% del PIB y 500.000 millones). Solchaga, en este caso, comparó el cierre final del ejercicio de 1991 con la previsión para 1992 al afirmar que "se sigue haciendo un esfuerzo en la contención del déficit".

La información sobre las tripas del Presupuesto fue escasa con el argumento de que la primicia han de tenerla las Cortes el próximo lunes. El ministro no desveló, por ejemplo, si subirá el tipo medio del IVA. Unicamente señaló que el Presupuesto no era electoralista -como había criticado el presidente del PP, José María Aznar- ya que contenía medidas "impopulares". En concreto se refirió a la congelación de las inversiones públicas, ya que se mantendrán en la misma cifra de 1991 tras el recorte de julio.

Compromiso electoral

El Presupuesto reconoce, sin embargo, Ios compromisos sociales del programa electoral socialista". Solchaga puso como ejemplo las pensiones no contributivas, cuya dotación se incluye en el Presupuesto de la Seguridad Social.

Sobre los efectos inflacionis tas del Presupuesto, Solchaga se mostró optimista, aunque para ello volvió a utilizar la doble comparación. Según señaló, el gasto crece más que la economía (es así sólo si se compara con el presupuesto inicial), pero ello se verá compensado por la reducción del déficit (aumenta si se compara con el inicial y disminuye respecto del cierre).

Aun así, el Gobierno ha aumentado al 5% su previsión de inflación para el próximo año, respecto del 4,5% estimado en el Consejo de Ministros del 31 de julio de este año. El 5% supone reducir la inflación respecto de la nueva estimación para este año ("algunas décimas más del 5%", según admitió ayer Solchaga), pero es igual a la previsión realizada en el Presupuesto de 1991. Este 5% es el porcentaje en que subirán los sueldos de los funcionarios públicos. El aumento de las pensiones se fijará en noviembre, una vez que se conozca la inflación anual en ese mes.

El 9% de crecimiento nominal de la economía debería permitir, según Solchaga, la creación de algo más de 200.000 empleos el año que viene. Ello supondría un aumento "del 1,5% o 1,6%" en la creación de empleo, respecto de los resultados esperados para este año (entre 70.000 y 80.000).

Solchaga puntualizó que estas cifras son el resultado de medir el crecimiento del empleo en media anual y no diciembre sobre diciembre. Si se utiliza este baremo, el empleo ha crecido en lo que va de año en 800 nuevos puestos de trabajo, muy lejos de los aproximadamente 75.000 esperados.

Estas cifras también estarían muy lejos de la promesa electoral socialista de creación de 1,2 millones de puestos de trabajo en esta legislatura, e incluso del millón. El ministro lamentó haber entrado en la polémica de las cifras y señaló que lo importante es la responsabilidad de los empresarios y los sindicatos a la hora de fijar los aumentos salariales, sobre lo que se mostró optimista.

La recuperación del empleo el año próximo será el resultado de una reactivación económica "no eufórica", según el ministro. Los síntomas de esta recuperación ya son incipientes en la segunda mitad de este año y vendrán propiciados por un crecimiento del gasto público superior al previsto y una política monetaria más relajada.

Financiación autonómica

El ministro mostró, por otra parte, su deseo de que se alcance un acuerdo sobre el nuevo sistema de financiación de las comunidades autónomas. Advirtió que, en caso de no producirse este acuerdo antes del 31 de diciembre, se aplicará el sistema anterior al vigente, es decir, la valoración de las transferencias a las autonomías en base al coste efectivo de los servicios traspasados.

Solchaga admitió, por otra parte, el peligro de que España se convierta en contribuyente neto a la CE en un futuro no muy lejano. Para evitarlo, señaló que el Gobierno había propuesto que el nuevo Tratado de Roma contemple que los Estados con renta por habitante inferior a la media de la CE no aporten más de lo que reciben.

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