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LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

Bush y Major presionan a la Unión Soviética para que acelere sus reformas económicas

Antonio Caño

El presidente norteamericano, George Bush, y el primer ministro británico, John Major, alcanzaron ayer un acuerdo para condicionar la ayuda a la Unión Soviética a un programa de reformas económicas en aquel país que debe incluir la reducción del presupuesto militar. Ambos coincidieron también en el necesidad de acelerar la vinculación de la Unión Soviética al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial.

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"La ayuda tiene que estar relacionada a un amplio plan de reformas prácticas dirigidas a las personas que verdaderamente lo necesitan, incluyendo a cada una de las repúblicas, y tiene que estar relacionada con un compromiso soviético para reducir el gasto de defensa", declaró Major en una conferencia de prensa conjunta en Kennebunkport (Maine, EE UU).Bush, por su parte, urgió a las autoridades soviéticas a que den cuanto antes el paso de reconocer la independencia de las repúblicas bálticas - "no intenten detener lo inevitable"- y manifestó, en relación con la ayuda económica, que Occidente sigue creyendo que el programa adecuado es el que el Grupo de los Siete aprobó el mes pasado en Londres.

John Major, que el próximo domingo viajará a Moscú para entrevistarse con Mijail Gorbachov, Borís Yeltsin, y los presidentes de las repúblicas que solicitan su independencia, explicó las seis medidas que en su reunión con Bush ambos decidieron como más urgentes.

La primera es la ejecución de los créditos alimenticios ya existentes. La segunda es la concesión de una ayuda extraordinaria de alimentos para este invierno. La tercera, la formación de equipos que ayuden a los soviéticos a mejorar su producción y distribución de alimentos. Bush y Major estuvieron también de acuerdo en la aplicación de programas de asistencia tecnológica, la colaboración del FMI y el Banco Mundial en los planes de reforma y la aceleración de "una especíal asociación" de la URSS al FMI.

El mensaje es claro: hay buena disposición en Occidente, pero nadie confía todavía en lo que puede pasar en la URSS. "Tenemos que apoyar la democracia, tenemos que alentar las reformas económicas y tenemos que responder compasivamente a las necesidades más urgentes del pueblo soviético" dijo Major. Pero, para todo eso, los soviéticos "tienen que convertir su economía en una economía que funcione".

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