La caída de Gorbachov apuntilla el proyecto de paz en Oriente Próximo

, El proyecto de paz para Oriente Próximo se tambaleaba, al borde del precipicio, en medio de temores de que el golpe en Moscú y el derrocamiento de Mijaíl Gorbachov haya asestado un golpe mortal a los esfuerzos internacionales para hallar una solución al conflicto árabe-israelí.

A nivel regional, el primer efecto de la destitución del presidente soviético puede ser el aplazamiento indefinido de la conferencia de paz que Washington y Moscú querían celebrar en octubre. Aunque el nuevo Gobierno soviético ha prometido mantener las líneas maestras de la política exterior de Moscú, la posibilidad de que el Kremlin logre restaurar el grado de cooperación con Estados Unidos se desvaneció con la enérgica condena norteamericana del golpe que destituyó a Gorbachov."Sería ingenuo pensar que Washington y Moscú, hoy nuevamente en posiciones diametralmente opuestas, van a seguir tratando de promover la convocatoria de una conferencia internacional para Oriente Próximo como si nada hubiera ocurrido", comentó un diplomático árabe. "El proyecto ha entrado en el limbo", agregó.

Margaret Light, de la London School of Economics, apuntó: "Creo que la atención de los soviéticos se va a concentrar en materias internas. No están en condiciones de copatrocinar una conferencia".

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a través de un comentario difundido por la radio La Voz de Palestina con sede en Argel, desahució ayer categóricamente las perspectivas de una conferencia de paz bajo auspicio conjunto de EE UU y la URSS. La OLP había criticado a Moscú por abrazar dócilmente el plan norteamericano de convocar una conferencia en la que la naturaleza misma de la representación palestina podía ser determinada indirectamente por Israel.

El derrocamiento de Gorbachov provocó júbilo entre muchos palestinos resentidos por las facilidades que Moscú ha brindado para la emigración de judíos soviéticos, que Israel ha comenzado a instalar en los territorios ocupados, y especialemente en Cisjordania. Ese sentimiento es compartido por los árabes decepcionados por el apoyo que Moscú brindó a la campana norteamericana contra Irak. En medios políticos árabes, se señalaba ayer que una de las cosas que los golpistas imputan a Gorbachov es el haber dejado a Estados Unidos capturar gradualmente el control de Oriente Próximo.

Con característica cautela, ninguno de los aliados árabes de Washington ha adoptado aún la fogosidad de los pronunciamientos de Bush contra el golpe de Moscú. Algunos diarios señalaron, sin embargo, que es improbable que el nuevo liderazgo soviético emprenda iniciativas espectaculares para tratar de recobrar su influencia en la zona. Salamé Ahmed Salamé, subdirector del diario semioficial egipcio Al Ahram, considera que Moscú "no tendrá los recursos suficientes para reafirmar sus viejas alianzas en la zona".

Pero el fin de la "era Gorbachov" dio a los líderes más radicales de la zona una sensación de reivindicación que se tradujo en pronunciamientos de júbilo y esperanza de cambio. "El ex régimen soviético adoptó una política que afectó negativamente la situación internacional y tuvo efectos negativos en los países del Tercer Mundo, especialmente Irak", dijo un portavoz gubernamental iraquí.