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González convoca un Consejo extraordinario sobre política económica

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario para el martes día 30, a fin de debatir exclusivamente asuntos económicos. En el orden del día destacan el estudio de las principales magnitudes de los Presupuestos Generales del Estado para 1992 y la evaluación de la situación actual de la economía española.

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La reunión supone la culminación de los distintos debates que ha provocado el reciente ajuste presupuestarlo y que han supuesto la afloración de posiciones claramente dispares en el seno del Gobierno.La propuesta de un recorte presupuestarlo presentado el pasado 5 de julio por el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, originó fuertes reticencias en los distintos niveles de los departamentos más afectados (Defensa, Obras Públicas y Transportes, Educación, Industria y Agricultura).

Durante las tres últimas semanas, altos cargos de estos ministerios, por una parte, y de Hacienda, por otra, han mantenido largos y tensos debates con el objetivo de encontrar un punto de acuerdo sobre la cuantía del recorte en cada caso.

La coincidencia de este debate interno del Gobierno con las últimas negociaciones del pacto de competitividad, que han tenido absorbido por completo a su impulsor, el ministro Carlos Solchaga, ha propiciado la adopción de un mayor protagonismo por el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, como mediador entre las tesis de Hacienda y las de los ministerios más afectados.

La propia dinámica de la discusión que ha suscitado el recorte presupuestario en los distintos departamentos ha forzado la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario para debatir toda la política económica del Gobierno con la máxima amplitud. El presidente quiere oír la opinión de todos los ministros a la hora de tomar una decisión definitiva que sirva tanto para hacer frente al fracaso del pacto de competitividad como a las insuficiencias presupuestarias.

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La intervención de Serra ha sido clave para reducir en 100.000 millones el ajuste presupuestario

Viene de la página primera El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, medió en el conflicto suscitado entre el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, y los titulares de las carteras afectadas por el reajuste presupuestarlo. Como consecuencia de esa mediación, el número dos del Gobierno consiguió suavizar las pretensiones cuantitativas del titular de Economía y Hacienda y las redujo en una cuarta parte. La opinión más generalizada en ámbitos del Gobierno es que Serra se está erigiendo en el "fiel de la balanza" y está dando cuerpo a sus funciones como vicepresidente del Gobierno. esplazando del centro del poder político al ministro de Economía y Hacienda.

Desde los medios gubernamentales se opina que Carlos Solchaga "se había. beneficiado del vacio de poder resultante de la salida del Gobierno del anterior vicepresidente, Alfonso Guerra".

La amplitud del reajuste presupuestario anunciado por Carlos Solchaga en el Consejo de Ministros del pasado cinco de julio sorprendió a sus compañeros. En el siguiente Consejo de ministros, el del 12 de julio, el titular de Economía y Hacienda presentó unos cuadros, -calificados como "técnicamente endiablados" por un representante de los ministerios afectados por el recorte- en los que trataba de concretar y justificar el reajuste en las carteras de Educación, Defensa, Obras Públicas, Industria, Economía y Agricultura.

La posición de la mayoría de los ministros respecto del titular de Economía y Hacienda fue y sigue siendo crítica, no tanto por la conveniencia de realizar el reajuste como por el método. "Ha sido un ajuste poco fino" comentaba ayer un ministro.

De hecho, en el Gobierno no se cuestionaba la conveniencia del recorte. "Somos conscientes de que todos los países tienen problemas. Alemania entra en recesión y acaba de elevar los impuestos. Lo mismo ha hecho Francia, pero las previsiones de nuestro Ministerio de Economía y Hacienda no han sido correctas" manifestaron ayer en fuentes gubernamentales.

Lo más fácil

En medios del Gobierno se aseguraba ayer que "lo que ha hecho Solchaga ha sido lo más fácil, echar mano de aquellos ministerios donde quedaba dinero para gastar sin realizar mayores previsiones". "Falta una previsión de ingresos y tampoco ha planteado las consecuencias de este reajuste en los presupuestos de 1992 y 1993. Si ahora se desaceleran las inversiones. ¿Qué va a pasar el año que viene y el siguiente?" añadían otros.

También se ha llegado a cuestionar la legalidad del propio reajuste, desde algunos ministerios. Uno de los fundamentos jurídicos en que Carlos Solchaga basaba el reajuste presupuestario era contradictorio, a juicio de algunos ministros.

La conclusión más generalizada en el seno del Gobierno es que Carlos Solchaga "está algo desorientado". "En el segundo semestre del año pasado hizo un ajuste presupuestario. Tras la guerra del Golfo, previó una expansión, que no se ha producido. Y ahora vuelve al reajuste" se afirma en medios gubernamentales. Sin embargo, en su última conferencia de prensa, celebrada el martes, Solchaga expresó su confianza en una recuperación de la economía española para el segundo semestre de este año.

El cuestionamiento de los planes de reajuste presupuestario de Carlos Solchaga por parte de la mayoría del Consejo de Ministros aconsejó la intervención del vicepresidente del Gobierno. El enfrentamiento no sólo estaba en la mesa del Consejo de Ministros sino que también había traspasado la comisión de subsecretarios, dónde se enfrentaron el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, y el secretario de Estado de Defensa, Rafael de la Cruz, representante de una de las carteras más afectadas por el reajuste. "Con este recorte, nos cargamos las industrias de Defensa" y "a los militares les irrita que se les cambie los planes" se escuchaba desde la sede del Paseo de la Castellana.

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, pidió papeles a los titulares de los ministerios afectados para que efectuaran contrapropuestas sobre el recorte con un objetivo mediador. El presidente del Gobierno, Felipe González, también mostró interés en conocer de primera mano esta información.

Modo peculiar

La intervención de Serra ha sido una manifestación más de su modo peculiar de hacer las cosas. El vicepresidente del Gobierno ha hurtado el debate en el seno del Consejo de Ministros para evitar un enfrentamiento entre el titular de Economía y Hacienda y los ministros más afectados. Pidió los papeles a los ministros afectados. Habló con ellos, uno por uno, y volvió a hablar con Solchaga hasta conseguir una reducción del reajuste de 100.000 mil.lones y, sobre todo, que la sangre no llegara al río.

Para evitar traumatismos, desde Economía y Hacienda se ha propuesto un aplazamiento de los pagos en el caso de los gastos más inevitables, de manera que se carguen a los Presupuestos de 1992. Este debate, más que desgastar al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que no ha perdido la confianza de Felipe González, se asegura en medios gubernamentales, ha reforzado al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, que se ha convertido en el fiel de la balanza del Consejo de Ministros.

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