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Lento y paquidérmico

Con un ritmo "un tanto lento y paquidérmico", tal y como se comenta en los ámbitos gubernamentales, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, está ocupando progresivamente esferas de poder. "Hace el trabajo que antes hacía Alfonso Guerra en comunicación con Felipe González, con la diferencia de que el presidente ya no se ocupa como antes de los temas cotidianos" se añade en esos ámbitos.En los medios socialistas se anota'en su haber su enfrentamiento a problemas de envergadura muy recientes como los de Hunosa o Santa Bárbara en Asturias. Le tocó moderar en el Consejo de Ministros el polémico debate sobre la Ley de Seguridad Ciudadana y ha suavizado las relaciones entre Gobierno y partido, encrespadas al inicio de la andadura del nuevo Ejecutivo el pasado mes de marzo. No es tan lejana aquella declaración del portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Eduardo Martín Toval: "Serra sabe tocar bien el plano" o el famoso debate sobre la coordinación.

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Sobre todo ello ha pasado el vicepresidente del Gobierno como sobre ascuas, pero ganando espacios de poder paso a paso, y colocando sus hombres en las esferas de poder. La mejor muestra está en el creciente peso en la Moncloa de su brazo derecho, Lluís Reverter. El actual secretario general de la Presidencia ha conseguido ser interlocutor de la Moncloa y de la Zarzuela, a través de una transición suave, en la que ha desplazado sin traumas a su predecesor, Roberto Dorado.

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