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Cobayas humanas para el sida

Sanidad investiga una red de clínicas que dice curar el reuma y experimenta con VIH positivos

"Sida. Se necesitan personas con VIH-Positivo (sida). Abstenerse drogodependientes. Para fines científicos". El anuncio, publicado en un periódico de Valencia, añade un número de teléfono y la hora para llamar, de dos a tres de la tarde. "¿Llama por el anuncio?. Yo desearía una entrevista personal". El despacho de Bozidar Konjevic, un croata afincado en Valencia, está ubicado en una inmensa nave industrial de Beniparrell (Valencia). Konjevic ha inventado un aparato que ya utiliza en 20 clínicas abiertas en toda España. Con él, dice curar el reuma y otras muchas enfermedades. Ahora ha decidido buscar cobayas humanas para comprobar si su invento cura el sida. Sanidad comenzó ayer la investigación.

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Dos enormes "regeneradores celulares" son el mobiliario del despacho de Bozidar, quien se presenta con el nombre de Cristian. El regenenador es su gran invento. Un brazo metálico con una goma en su extremo sobresale del cuerpo del artefacto. La goma está a elevada temperatura. "Pon aquí el brazo, sin miedo". El brazo de la máquina comienza a golpear al del presunto paciente. Según Konjevic, con este procedimiento la sangre se calienta hasta los 46 grados, pero no se coagula gracias a los golpes. "A esa temperatura, el virus del sida muere".El éxito obtenido con el reuma en las 20 clínicas Konjevic distribuidas por toda España ha animado a los diseñadores del regenerador a intentarlo con enfermos del sida. Poco importa que para la experimentación sobre seres humanos sea necesaria una autorización del Ministerio de Sanidad, nada fácil de conseguir. En un despacho de la nave industrial, tres enfermos del sida, según el doctor Daniel Garrido, ya están siendo objeto de experimentación. Han acudido, explica Garrido, a través del doctor Luca, de la entidad El Patriarca. Garrido no tiene inconveniente en mostrar a su interlocutor los análisis de los pacientes de sida.

Una de las clínicas Konjevic para el reuma y otras enfermedades óseas, ubicada en la localidad valenciana de Catarroja, tenía ayer cola de pacientes. El éxito del regenerador es discutible. Julia tiene miedo a una operación de la cadera. Por eso, antes de pasar por el quirófano ha decidido probar el sistema Konjevic. Lleva 14 sesiones, a 4.000 pesetas, pero confiesa no haber experimentado mejoría, aunque no pierde la esperanza. "El otro día se despidió una chica porque estaba curada", recuerda. Los pensionistas tienen descuentos de hasta el 50%. Clínicas Konjevic: funcionan en la actualidad en Madrid, Jaén, Cuenca, Lugo y otras 16 ciudades. Las enfermeras que las atienden no tienen inconveniente para concertar citas por teléfono y ofrecer el nombre de los médicos que las regentan.

Fase terminal

"Pero usted no está tan mal", dice Bozidar Konjevic al supuesto paciente de sida. "Es igual, quien da positivo, antes o después... ", se contesta el croata. Más tarde, se muestra contrariadó: "¿No tendrá un par de amigos a quienes les queden seis meses de vida?. Con ellos podríamos demostrar mejor que el sida se cura". Y eso sin que les cueste un duro. "Ni ahora, ni después, ni nunca". "¿Que dónde está el negocio?, no existe, sólo pretendo ayudar a curar la enfermedad". Desesperadamente, el croata busca pacientes con quienes poder demostrar la efectividad de su máquina, ya patentada, y venderla a medio mundo.Las autoridades sanitarias valencianas decidieron ayer llevar a cabo una inspección en el centro de Catarroja. Dos inspectores comprobaron que la clínica no tenía autorización para impartir el tratamiento. Posteriormente se desplazaron a Beniparrell, para escuchar de labios de Bozidar Konjevic el desarrollo de sus investigaciones, realizadas en la misma fábrica de la maquinaria. El croata no ve, según dijo a los inspectores, indicios de irregularidad alguna, aunque ha olvidado cumplimentar los rigurosos protocolos médicos necesarios en España para experimentar con seres humanos.

La Consejería de Sanidad valenciana se puso ayer en contacto con el Ministerio de Sanidad, que confirmó no haber homologado ni el regenerador ni un sistema similar. De acuerdo con la opinión de expertos de la Consejería citada, el reuma eg una enfermedad degenerativa que no puede curarse a base de métodos como el "regenerador celular". Respecto al sida, las autoridades se remiten más bien a las investigaciones de grupos de científicos como el del National Cancer Institute de Bethesda (EE UU) o el Pasteur francés.

"Mi caso es un ejemplo de la curación de este aparato". Konievic ilustra al presunto paciente con detalles sobre su pasada mala salud. "De estar casi paralítico por el reuma, he pasado a encontrarme bien". También a los inspectores sanitarios les explica su rápida curación.

Pero Bozidar Konjevic, afincado en España desde hace 22 años, no admite pacientes con un sida tan poco desarrollado. "Las características", explica el doctor Garrido, "estaban claras: no ser drogodependientes y encontrarse en grado tres". "Pero no te desanimes, llama dentro de un mes". Entre tanto, los tres enfermos reales de sida que ahora son objeto de experimentación con el regenerador celular, no tienen garantizada la intimidad que Konjevic evocaba por teléfono. Daniel Garrido no tiene inconveniente en mostrar sus análisis y pronunciar sus nombres cuando alguien duda de la veracidad de su existencia.

Los dos inspectores sanitarios levantaron ayer sendas actas de la clínica de Catarroja y de la fábrica de Beniparrell. El proceso administrativo comienza ahora y la información recabada por las autoridades será remitida al Ministerio y a otras comunidades autónomas con clínicas similares. En la Consejería tampoco se descarta la denuncia ante los tribunales de Justicia.

Elevada facturación

Konjevic aseguró el pasado año a la Consejería de Industria de la Generalitat valenciana que su facturación anual oscilaba entre los 100 y los 250 millones de pesetas. Porque Bozidar llegó a presentar su invento a un premio de innovación tecnológica. En la fábrica, múltiples regeneradores en fase de construcción se alinean. De aquí a unas semanas podrán comenzar a curar en la veintena de clínicas Konjevic repartidas por toda España, si las autoridades sanitarias no lo impiden.

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