La familia real kuwaití, implicada en las torturas a palestinos
Representantes del Gobierno de Estados Unidos mantuvieron una reunión secreta el mes pasado con el príncipe heredero de Kuwait, jeque Salem al Abdulá al Sabaj, y le mostraron pruebas de que uno de sus hijos y un sobrino estaban relacionados con la organización de escuadrones dedicados a torturar y asesinar palestinos en el emirato.
Según fuentes estadounidenses, el jeque negó con indignación la implicación de su familia en tales atrocidades. Pero al serle mostrados nombres, fechas y otros detalles sobre la actividad de los escuadrones, decidió enviar a su hijo a "un largo alo sabático en el extranjero".Aunque los norteamericanos expresaron críticas tibias sobre la situación de los derechos humanos en Kuwait tras la guerra, fuentes éstadounidenses revelan que un equipo secreto de fuerzas especiales y oficiales reservistas, especialmente entrenados -incluyendo un juez federal y un fiscal de Filadelfia-, habían recibido la misión de seguir la pista de cientos de palestinos desaparecidos en manos de las fuerzas kuwaitíes.
El equipo encontró sólidas pruebas de tortura, y en los informes ordinarios del propio Gobierno de Estados Unidos figuran 350 palestinos todavía desaparecidos y de los que se teme hayan muerto a manos de las autoridades kuwaitíes. Los kuwaitíes, según descubrieron los americanos, trataron deliberadamente de despistar a la misión norteamericana: transportaron en secreto a prisioneros palestinos que los americanos estaban buscando a través de la frontera hacia Irak en autobuses pintados con el símbolo de la organización humanitaria de la media luna roja.
El Departamento de Estado de EE UU advirtió el peligro en que se encontraban los palestinos al averiguar, con el emirato aún ocupado por Irak, que el Gobierno de Kuwait exiliado en Arabla Saudí tenía planes para deportar a la totalidad de los 200.000 palestinos residentes en el país en cuanto éste fuera liberado.
Los kuwaitíes acusaban a los palestinos de colaboracionism.o con el invasor, pero no se molestaron en distinguir entre los auténticos colaboradores y las decenas de miles de palestinos que se mantuvieron fieles a Kuwait, a pesar de que siempre se les había negado la nacionalidad. "Al principio, el Gobierno kuwaití deseaba librarse de todos ellos", según una fuente americana. "Planearon reunirlos a todos y embarcarlos. Entonces decidieron desembarazarse de sólo la mitad de los palestinos en Kuwait después de la liberación". En los días siguientes a la liberación, las fuerzas especiales de Estados Unidos inicialmente cooperaron con las fuerzas especiales kuwaitíes en barridas a través de los distritos palestinos de Kuwalt capital.
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