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La cultura de la celebridad

Abundan los casos de indocilidad en las estrellas del cine desde su nacimiento. Pero no pasaron de ser y siguen siendo aislados -de Katharine Heppburn a Vanessa Redgrave; de Chaplin a Brando- hasta los años 30, cuando los izquierdistas de Hollywood, antes de "naufragar en sus piscinas", como dijo Welles, crearon organizaciones para defender intereses e ideas.Los escritores formaron el más activo de estos movimientos de contestación al sistema. El Screen Writters Guild mantiene su tradición reivindicativa: son recientes las huelgas de guionistas que paralizaron la producción de Hollywood durante meses. Pero en los años de la guerra mundial el SWG sobrepasó lo profesional y adquirió una fuerte identidad política. Fueron por ello los escritores las primeras víctimas de la persecución del fascista Comité de Actividades Antiamericanas contra el cine. Casi todos eran guionistas entre los Diez de Hollywood, expulsados por McCarthy de su trabajo e incluso de su país.

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En una fotografía de 1950 ante las escalinatas del Senado en Washington, vemos en orden de huelguistas callejeros a Lauren Bacall, Humprey Bogart, Richard Conte, John Huston, Evelyn Keyes y otros. La imagen dio la vuelta al mundo y rompió el mito de la condición extraterrestre de la estrella, considerada hasta entonces una divinidad de laboratorio, que no entraba ni salía en las miserias sociales y políticas, pues estaba situada por encima de ellas. Poco después, tras la muerte suicida del gran John Garfield, que así se convirtió en espejo de la indocilidad del actor de Hollywood, el star system se vino abajo estrepitosamente. El actor, consciente de su poder de fascinación, comenzó a usar socialmente este arma para defender las causas en que cree. De ahí a la huelga general del 7 de marzo de 1960 convocada por el Screen Actors Guild, había un sólo paso.

Es enorme la fuerza que la imagen tiene en el modelo de vida estadounidense. Los actores no la han desaprovechado, ni en la guerra de Corea, ni en Vietnam, ni en cualquier crisis grave de su país, que hoy está en el umbral de una de ellas. Lo que ocurre ahora parece el comienzo de la vuelta a la normalidad, tras el adocenamiento del reaccionarismo reaganiano. Una creciente presencia de actores en la vida social y política va a ser signo del futuro inmediato: rescate de una tradición de libertad que se creía extinguida y ahora renace bajo la, en palabras de Browstein, "cultura de la celebridad": un foco de influencia social y política que. apagado años atrás, hoy vuelve a abrirse camino y comienza a encenderse.

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