Bofetadas visuales

"Las mujeres no valen para nada", escupe a toda página un inmenso titular. Los rostros de 19 damas lo sostienen, entre ellas, Isabel Tocino -"la derecha española no podría prescindir de ella"- y Belén González Peñalva -"dirigente del comando Madrid. 600 policías no pudieron con ella"- Junto con el panel publicitario donde conviven Teresa de Calcuta y una terrorista, los vascos han recibido otra bofetada visual no menos contundente: un niño demacrado descansa sobre la leyenda "La cocina vasca no llega aún a todos".

Son mensajes de siempre -la lucha contra el hambre, el feminismo- convertidos en una bomba polémica por una agencia de publicidad bilbaína. En el cartel de las mujeres, además de famosas como Rosa María Mateo -"lo opuesto a la masculina afectación de Hermida"-, también están mujeres anónimas como "Iñaxia Enbil. Cuida su casa, el marido, el perro, cinco hijos y trabaja en una conservera". Cerca de una Iñaxia madura, en claroscuro, está Carmen López Aguirre, joven de melena rizada, reseñable porque "dejó a su novio por negarse a usar preservativos".Lucha contra el hambre en el Tercer Mundo o igualdad entre el hombre y la mujer son mensajes conocidos entre los ciudadanos pero nunca como en los últimos meses los vascos han podido ver reflejado en impactantes campañas de publicidad lo que ello puede llegar a significar.

"No es para el Domund"

Sensibilizar e informar han sido los objetivos del Ayuntamiento de San Sebastián en su campaña contra el hambre Somos deudores del Sur. Los encargados de impactar al ciudadano son los publicistas de la agencia Paradox.En la publicidad contra el hambre, cuatro carteles quieren mostrar la distancia entre San Sebastián y el Tercer Mundo. La peculiar simbiosis niño famélico-cocina vasca ha generado la protesta de algunos sectores de la sociedad donostiarra. Álvaro Gurrea, uno de los creadores de la campaña, se defiende de los ataques afirmando que "la foto del niño es dura pero es real. Aquí comemos bien pero allí no". Otro cartel muestra tres peces con cara de mafiosos sobre el lema "Los bonitos del Norte engordan en el Sur". Gurrea se siente satisfecho de la reacción de la campaña. "Si la gente no se hubiese sentido incómoda sería porque la campaña no funcionaba. Si ha impactado, es porque se ha hecho bien".

La aparición de los cuatro carteles en las paredes de San Sebastián y en las páginas de los periódicos locales no ha dejado frío a nadie. La mayor parte de las críticas se centran en el "bien por el fondo, mal por la forma". Sus creadores argumentan que es coherente con el encargo del Ayuntamiento donostiarra, "porque no era una campaña para el Domund".

La iniciativa surgió, según el concejal delegado de Juventud de San Sebastián, Ion Lasa, "de la necesidad de implicar a la población en los problemas del Tercer Mundo". "De vez en cuando tenemos que recordar que "somos explotadores del Tercer Mundo y nos beneficiamos de la desigualdad Norte-Sur", señala Álvaro Gurrea a modo de justificación.

Cuando la polémica de esta campaña todavía estaba candente -los primeros carteles aparecieron a primeros de febrero- la misma agencia se vio envuelta en un nuevo embrollo. Las 19 fotos de rostros femeninos, con una frase dedicada, anunciaban el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, la campaña de la Asamblea de Mujeres Feministas de Euskadi con el lema "Valemos para todo".

Reivindicar la igualdad

Una terrorista servía para reinvidicar la igualdad, lo mismo que Dolores Ibárruri, Alicia Koplowitz o Marilyn Monroe. La guinda la ponía un 20ª mujer, en realidad Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco, acompañada de la sentencia "Aunque la mona se vista de seda...".La inclusión de la militante de ETA ha generado incluso la protesta de la Diputación Foral de Vizcaya y de la diputada del Partido Popular Isabel Tocino, que ha exigido que se retire su fotografía. "Cualquiera de las mujeres utilizadas en el cartel", les escribió Tocino a las feministas, "representa a fragmentos diferentes y válidos de la población femenina", pero la selección "de una importante terrorista supone una muestra de ignominia y una afrenta pública a las mujeres vizcaínas de bien".

Los publicistas indican que las mujeres reivindican todo tipo de actividad y que si hubiese alguna famosa generala, la hubiesen incluido. Creen que no sobraba ninguna porque "necesariamente, todo el mundo no tiene por qué asumir todos y cada uno de los papeles que se muestran".