El Parlamento de la URSS ratifica el tratado de unificación alemana
El Parlamento de la URSS ratificó ayer el tratado de reunificación de Alemania, en una sesión a puerta cerrada, en previsión del agitado debate que prometían los sectores conservadores, dispuestos a dar la batalla contra un documento que contaba con el visto bueno de cinco de los seis Estados signatarios.El tratado de unificación de Alemania, firmado en octubre por los ministros de Exteriores de EE UU, Unión Soviética, Reino Unido, Francia, la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana, ha obtenido validez legal en la URSS después de la aprobación de ayer en Moscú.
En la sesión se ratificaron además otros dos documentos: el Tratado de Buena Vecindad y Colaboración con Alemania y el desarrollo para una amplia cooperación económica e industrial. Otros dos puntos fueron pospuestos para un próximo debate: un acuerdo sobre algunas medidas transitorias y el espinoso asunto sobre las condiciones de permanencia temporal de las tropas soviéticas en el antiguo territorio de la RDA y su salida planificada de Alemania.
Este trámite legal de ratificación se ha convertido en una prueba para la política exterior que dirigió Edvard. Shevardnadze. En vísperas de la sesión parlamentaria, el coronel Nikolái Petrushenko, uno de los líderes del grupo conservador Soiuz (Unidad) lanzó un virulento ataque contra el documento.
Menoscabo
En unas declaraciones al diario Soviétskaia Rossiya, Petrushenko afirmaba que el tratado menoscaba el estatuto de superpotencia de la URSS. Petrushenko considera que los documentos que permitieron la reunificación alemana son una violación de todos los puntos de los acuerdos de Yalta y Potsdam. La OTAN, afirmó él coronel, se fortalece a costa del potencial económico y militar de la República Democrática Alemana. Petrushenko dijo que las tropas soviéticas aún estacionadas en Alemania han sido sometidas a unas condiciones que las degradan profesionalmente.El viceministro de Exteriores luli Kvizinski defendió la postura gubernamental y manifestó que el Tratado de Cooperación y Buena Vecindad entre la URSS y la RFA, firmado en septiembre de 1990, abre una nueva época entre los dos Estados.
El tratado de unificación acaba con los problemas de las fronteras orientales de Alemania y resuelve de una vez por todas la cuestión de Kaliningrado (antigua Koenisberg), que, según dijo, es una parte inseparable del territorio soviético.
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