Altos cargos de Cultura piden al Gobierno que asuma como prioridad la paralización de la guerra del Golfo

Un total de 18 altos cargos del Ministerio de Cultura, entre los que figuran los directores generales de Bellas Artes, Jaime Brihuega, y del Libro y Bibliotecas, Juan Manuel Velasco, y los directores del Museo del Prado, Alfonso Pérez Sánchez, y de la Biblioteca Nacional, Alicia Girón, difundieron anoche un manifiesto "contra la realidad del conflicto que asola al golfo Pérsico, poniendo en peligro la estabilidad y el futuro de gran parte del planeta". Según fuentes de los firmantes, un alto cargo impidió la difusión por fax del manifiesto desde el ministerio. Según Velasco, se trata de un asunto de la suficiente envergadura como para que sintieran la necesidad de manifestarse.

El ministro de Cultura, Jorge Semprún, fue informado ayer por la mañana del manifiesto, a su regreso de un viaje, y de la intención de los firmantes de difundirlo, según informó Juan Manuel Velasco. Semprún mostró su "preocupación" por ello y aunque reconoció que como ciudadanos tienen derecho a tener su propia opinión sobre el conflicto, no le pareció oportuno que lo dieran a conocer en su condición de altos cargos de la administración de Cultura.Juan Manuel Velasco se limitó a decir que al ministro Semprún le había parecido "preocupante" la difusión del manifiesto. El director general del Libro recordó que por el ministerio ya circula un comunicado en contra de la guerra, que firman los funcionarios del departamento. El comunicado alude a la condición de "ciudadanos" de los firmantes, si bien "responsables de diversos sectores de la Administración de Cultura del Estado español", y manifiesta su "más firme posición contra la realidad del conflicto que asola el golfo Pérsico, poniendo en peligro la estabilidad y el futuro de gran parte del planeta".

Los firmantes sitúan la paz como "un valor supremo", al igual que "la libertad, la justicia y la solidaridad", valores que "se encuentran amenazados por la dialéctica de barbarie que esta guerra genera". Aunque reconocen que la guerra comenzó en agosto, afirman que "sus causas y mecanismos se pusieron en marcha mucho antes". Señalan que "la ilegal e injusta ocupación de Kuwait por el dictador Sadam Husein es un hecho execrable", pero advierten que "lo que se desencadena el 17 de enero es una guerra masiva cuya lógica de destrucción preludia una dinámica de consecuencias imprevisibles".

Los firmantes piden al Gobierno que abogue por el alto el fuego, la retirada simultánea de Irak de Kuwait y de los aliados del área, la convocatoria, en fecha fija, de una conférencia de seguridad y paz para Oriente Próximo y el Mediterráneo yel cumplimiento de todas las resoluciones de la ONU.