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La nueva ley alemana de genética humana pena con cinco años de cárcel la manipulación de embriones

"No todo aquello que sea técnicamente posible está permitido", sentenció el subsecretario de Justicia alemana, Friedrich-Adolf Jafm, después de que el Bundestag (Parlamento) aprobara, con los votos de la coalición gubernamental, la ley para la protección de los embriones humanos, que parte del principio de que el óvulo sólo puede ser fecundado si con ello se pretende producir un embarazo en la mujer de la que proviene. Consiguientemente, la ley prohíbe las llamadas madres de alquiler y la producción de embriones con fines de investigación científica.

Fuentes gubernamentales de Bonn no dudan en admitir que la nueva ley es una de las más restrictivas del mundo, aunque el debate sobre este peliagudo tema abre más incógnitas que respuestas. Dos son los campos que cubre el texto legal. El primero se refiere detalladamente a la reproducción mediante técnicas de fertilización in vitro, una solución que solo se permitirá dentro del matrimonio. El óvulo deberá ser siempre el de una mujer casada, aunque si el marido no fuera fértil se permitirá usar el semen de otro hombre. La ley prohibe taxativamente la utilización del semen de una persona fallecida o el de un donante sin su conocimiento.Queda pues prohibida la figura conocida como madre de alquiler, es decir aquella mujer que permite que se le injerte un óvulo fecundado, que puede ser suyo o de otra mujer, para llevar el embarazo a término y ceder luego el hijo. La ley no prevé castigo para la mujer que acceda a este tipo de contrato, pero establece penas de hasta tres años de cárcel para el médico que lleve a cabo la operación.

Cinco años

El otro campo que abarca este texto legal, que ha costado casi cinco años elaborar, es el de la manipulación genética del embrión. Se prohibe todo tipo de investigación con embriones humanos así como la manipulación genética de los mismos. La ley establece penas de hasta cinco años de cárcel para los médicos o científicos que fabriquen embriones híbridos entre humano y animal o para aquellos que produzcan los llamados clones, es decir seres vivos genéticamente idénticos.

También queda fuera de la legalidad la predeterminación del sexo del niño, una técnica relativamente fácil. Se acepta, sin embargo, una excepción en el caso de que el futuro niño estuviera afectado por una enfermedad hereditaria que se manifestara únicamente en los varones o la hembras, en cuyo caso sí estará permitido seleccionar el embrión en función del sexo.

Tan solo democristianos y liberales, que forman el Gobierno de coalición, votaron a favor del nuevo texto legal. La oposición socialdemócrata, pese a votar en contra, fue muy leve en sus críticas. Las mayores críticas, sin embargo, han llegado de los Verdes y de los grupos feministas.

El peso de la historia sobre el pueblo alemán, siempre presente, no podía faltar en esta ocasión. El recuerdo de las barbaridades realizadas por los médicos y científicos nazis en el campo de la genética, en su diabólica búsqueda de una raza superior, ha flotado sobre el debate que ha precedido a la aprobación de la ley.

Oposición de los Verdes

Para los Verdes la fertilización in vitro y la investigación genética debería ser totalmente prohibida. Sobre la excepción que permite seleccionar el sexo en caso de enfermedad hereditaria los Verdes dicen: "Por primera vez desde 1945 se establecen deficiencias que justifican medidas selectivas, con lo que se abre el camino para la definición de seres indignos de la vida".

Los Verdes, además, critican que el embrión humano tenga ahora dos consideraciones legales distintas. Según el artículo 218, que regula el derecho al aborto, el embrión esta protegido a partir del momento en que se adhiere al útero, mientras que con la nueva ley, esta protección se adelanta al momento en que se unen el óvulo y el espermatozoide. La ley, señalan además, no critica las nuevas técnicas de reproducción y legaliza "la expropiación a la mujer de su embrión y el control de la calidad de la reproducción humana por el Estado y los tecnodoctores".

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