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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

La Liga Arabe pide a Estados Unidos que modifique su política con Israel y defienda a Palestina

FERRAN SALES La Liga Árabe pasó ayer, en menos de ocho horas, de la escisión a la unanimidad. Por la mañana se planteó abiertamente la división en el transcurso de una reunión dé la organización en Túnez en la que se debía adoptar una resolución de condena por la matanza de palestinos en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. El aspecto concreto de la fricción fue la condena a Estados Unidos por su abierto apoyo a Israel. El acuerdo final obvia la condena a Washington, pero, sin embargo, desaprueba su apoyo a Israel y recomienda que EE UU modifique su política y se manifieste a favor de Palestina y de los intereses árabes.

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Los 21 países miembros de la organización criticaron también la postura mantenida por la Administración norteamericana respecto a la matanza en la mezquita de Al Aqsa.Cuatro países (Irak, Yemen, Sudán y Palestina) abandonaron la reunión indignados por la actitud de la mayoría de los reunidos (11 países) que se habían negado en firme a condenar a Estados Unidos por su apoyo a Israel, desaprobando así el texto del comunicado final que previamente había sido elaborado por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

El representante de la OLP, Faruk Kadumi, anunciaba al mediodía no sólo su salida, sino también la retirada del documento. El vicesecretario general en funciones de la Liga Árabe, Asad al Asad, salió apresuradamente detrás de la delegación palestina, intentando que volvieran a la sala.

Así terminó la sesión de la mañana. Con una polémica abierta y la completa seguridad de que la Liga Arabe se había roto. Se responsabilizaba a Egipto y a Kuwait de la operación.

Los intentos de Marruecos de buscar una alternativa magrebí habían fracasado aparentemente. Durante más de seis horas, los representantes de las delegaciones celebraron reuniones por separado. La Unión del Magreb Arabe (UMA), capitaneada por Marruecos, proponía una solución de compromiso, pero nadie aseguraba el éxito.

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A las 19.30, sin embargo, la Liga Árabe logró salir del atolladero. Se aceptaba unánimemente la modificación propuesta por la UMA y se levantaba la sesión.

Los 21 países de la Liga han adoptado una resolución final en la que se suprime la palabra 11 condena" cuando se analiza la actitud de EE UU en su relación con Israel, se habla de "desaprobación" y se recomienda que Washington modifique su postura a favor de Palestina y los intereses árabes.

La resolución final pide también el fin del apoyo a Israel, el respeto a la legalidad internacional y la puesta en práctica de las resoluciones internacionales dictadas respecto a Palestina.

Las diferencias en la Liga Árabe son claras y patentes. En cualquier momento pueden volver a surgir los enfrentamientos. Así puede ocurrir ya en la reunión ordinaria programada para el lunes con el fin de examinar las cuestiones administrativas surgidas sobre Egipto.

El hotel Hilton de Túnez era el escenario de la última reunión de la Liga antes de que regrese a su antigua sede en El Cairo. Al acto, convocado por la OLP, asistieron nueve ministros y otros 12 representantes permanentes en la institución. Yasir Arafat se había convertido en protagonista de la sesión.

Once países miembros -Egipto, Siria, Arabia Saudí, Líbano, Yibuti, Somalia, Qatar, Emiratos Árabes, Bahrein, Kuwait y Omán- se negaron a aceptar el texto de la resolución palestina tal y como venía redactado. La negativa a condenar abiertamente a Estados Unidos provocó la indignación de los representantes de cuatro países -Irak, Yemen, Sudán y Palestina-, que salieron en bloque.

Los primeros síntomas de este enfrentamiento habían pasado inadvertidos. El miércoles, pocos minutos después de abierta la sesión de trabajo de la organización, se había observado la salida inesperada de la representación iraquí y yemení, pero no se le dio importancia. Hasta entonces se respiraba un ambiente de euforia. Después todo se complicó y finalmente se produjo la unanimidad.

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