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El novelista que denunció a Stalin

El premio Nobel de Literatura Alexandr Solzhenitsin ha recuperado la ciudadanía soviética 16 años y seis meses después de que fuera privado de ella, en 1974, y expulsado de la URSS. Aunque ayer no se dio la lista de las personas favorecidas por la decisión del presidente Mijaíl Gorbachov, nadie duda aquí que Solzhenitsin figura en ella.El novelista, que reside desde 1976 en Estados Unidos, nació en diciembre de 1918 en, Kislovodsk, en el Cáucaso. Después de estudiar matemáticas y física, combatió y se distingió en la II Guerra Mundial. Herido, fue condecorado por su heroismo durante el sitio de Leningrado.

La primera novela de este implacable cronista de los campos de, concetración estalinianos que vio la luz en la Unión Soviética fue Un día en la vida de Iván Denísovich. Esto ocurrió en 1962, durante el llamado deshielo de Nikita Jruschov. Pero ya las obras escritas por Solzhenitsin después de 1965 no pudieron ser publicadas en su patria.

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Alexandr SoIzhenitsin puede recuperar la ciudadanía soviética

Estos cortos tres años bastaron para que el insigne novelista se ganara el corazón de los soviéticos, que siguieron imbuyéndose de sus terribles revelaciones en las copias manuscritas que circulaban de mano en mano o en los libros publicados en el extranjero que lograban burlar a los cancerberos fronterizos.

En campos de concentración

En 1965, a Solzhenitsin le confiscaron la novel a El primer círculo más relatos y poesías escritos durante los ocho años que pasó en campos de concentración por criticar a Stalin. A esto siguieron cuatro años de acoso, que terminaron con su expulsión de la Unión de Escritores de la URSS en 1969."Glásnost honesta y total: he aquí la primera condición de toda sociedad, la nuestra incluida", escribió Solzhenitsin en su carta abierta al secretariado de la Unión de Escritores que lo había expulsado. "Y quien no quiere glásnost para nuestro país es indiferente a los destinos de la patria", decía el novelista tres lustros antes que la glásnost o transparencia informativa llegara a la URSS.

Él no lograría ver esta llegada. En agosto de 1973, su mecanógrafa, Yelizabeta Voroniánskaya, es arrestada por el KGB de Leningrado e interrogada. Eso lleva a la confiscación de una de las variantes de Archipiélago gulag, y luego, en oscuras circunstancias, Voroniánskaya perece, oficialmente por suicidio. Entonces Solzhenitsin decide publicar esta obra en Occidente. En la URSS se orquestó una gran campaña contra el escritor, que culminó con su arresto en 1974, la privación de la ciudadanía y la expulsión en un avión especial.

"Así como yo he sentido vergüenza al visitar la tumba de Iván Bunin en Saint Geneviève des Bois, así también mis hijos quizá tendrán que avergonzarse al ir a visitar la tumba de Solzhenitsin en el extranjero", dijo hace unos años el escritor Víktor Astáfiev, una de las primeras voces en alzarse para recuperar al despiadado cronista de la realidad soviética.

Solzhenitsin fue reintegrado en la Unión de Escritores el verano pasado, y hoy se están publicando prácticamente todas sus obras. Los soviéticos ahora confían en que no tendrán que viajar al extranjero para verle.

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