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La CE aprueba principios éticos para la investigación genética

Los ministros de Investigación de la Comunidad Europea (CE) aprobaron ayer en Luxemburgo un programa, sujeto a principios éticos, para el análisis y el estudio del genoma humano. Dotado con 15 millones de ecus (1.920 millones de pesetas) durante los años 1990 y 1991, su objetivo es mejorar el conocimiento de los mecanismos y funciones del genoma orientado hacia el tratamiento de enfermedades como el cáncer.La mejora de las normas sociales y jurídicas, así como la creación de unos principios bioéticos impedirán, según la resolución aprobada, que los resultados de las investigaciones "sean utilizados de forma abusiva". Queda prohibida la alteración de las células germinales durante su desarrollo embrionario y aquella que tenga como objetivo modificar las características genéticas del ser humano con fines hereditarios.

Juan Rojo, secretario de Estado de Universidades e Investigación y representante español en la cumbre comunitaria, rechazó los temores que despierta la manipulación del genoma humano desde el punto de vista ético y descartó la posibilidad de que este tipo de investigación sirva en el futuro para fomentar actitudes y situaciones de racismo.

Desarrollo jurídico

La Comisión Ejecutiva deberá informar anualmente, tanto al Consejo de Ministros de la CE como al Parlamento Europeo. Esta última institución introdujo numerosas enmiendas, aceptadas por los ministros, que incidían principalmente en los aspectos morales del plan de investigación. En consecuencia, una partida importante de la dotación aprobada para el programa, alrededor de un millón de ecus, será destinada a desarrollar sus aspectos éticos y jurídicos.

Otros conceptos presupuestarios importantes estarán dedicados a la formación de investigadores, a la mejora del esquema genético humano y a la realización de un fichero sobre experiencias con las células genéticas.

Durante el Consejo de Ministros de Investigación de la CE, el último celebrado en el semestre de presidencia irlandesa, se adoptaron también posiciones comunes sobre los programas de desarrollo de un sistema lingüístico (Eurotra) y de tecnología en el transporte (Euret), que incidirá en la seguridad y en sus repercusiones medioambientales. La Universidad de Barcelona y la Autónoma de Madrid participan en el primero de ellos desde 1986. En esta fase se avanzará en la confección de un diccionario con traducción automática.

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