Los Doce se plantean una ayuda económica a la URSS

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 12 países de la Comunidad Europea (CE) debaten hoy y mañana en Dublín el reto de la unión política. La cumbre convocará una conferencia intergubernamental que, a partir del 14 de diciembre, intentará definir las nuevas competencias comunes en política exterior y seguridad. El Consejo Europeo abordará la oferta de ayuda económica a la URSS en la tradicional cena junto a la chimenea. Los líderes comunitarios aprobarán asimismo un plan de lucha contra la droga y el crimen organizado, en el que el punto más destacado será la confiscación de capitales procedentes del narcotráfico y el blanqueo de cuentas bancarias sospechosas.

F. M. / I. C. La oferta de ayuda económica a la Unión Soviética será discutida hoy en Dublín por los jefes de Estado y de la Comunidad Europea (CE) en la tradicional cena junto a la chimenea. Como postre tendrán el papel futuro que debe desempeñar la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) y el estrechamiento de los lazos con los países del Este europeo a través de acuerdos de asociación.

No hay Europa fuerte si su parte más sólida, la Comunidad Europea, se pone en cuestión. No existirá cooperación y, por tanto, mayor mercado sin un marco de seguridad estable. La Unión Soviética es la base del problema y condiciona el futuro de Europa. Moscú juega la baza de poner dificil el sí a la unificación alemana -el canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, hará un balance del proceso- para conseguir un sistema que no arruine sus intereses.

La República Federal de Alemania ha ofrecido 300.000 millones de pesetas en créditos a cambio de que la Unión Soviética renuncie a su parcial soberanía, heredada de la guerra, sobre Berlín y permita que el territorio de la República Democrática Alemana (RDA), incluso sin fuerzas aliadas, forme parte de la Alianza Atlántica.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, entiende que la ayuda es cosa de la Comunidad Europea en su conjunto y no sólo de un país.

Francia ha entendido esta estrategia por las implicaciones políticas y económicas de futuro. Al resto de los países comunitarios le preocupa sobre todo el coste de una operación que en los dos primeros años podría superar los dos billones de pesetas.

La cumbre no parece capacitada para ir más allá de un mensaje de voluntad de ayuda, y habrá que esperar a ver qué piensan Estados Unidos y Japón en la cumbre de los siete grandes del próximo mes de julio. Entonces se podrá calibrar la urgencia, viabilidad y conveniencia de una ayuda masiva que contribuya a resolver los problemas internos soviéticos, pero que estará condicionada al marco externo.

La CSCE

Los Doce intentarán definir un enfoque común del papel futuro de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) para no hablar por libre en la reunión de final de año en París. Todavía nadie tiene clara la función de una institución a la que se quiere encomendar la vigilancia del marco estable de Europa. Falta por saber si esa superestructura podrá armonizar con éxito la Alianza Atlántica, la Unión Soviética, los otros países del Este, los Estados neutrales de Europa y la Comunidad Europea.

También la cumbre dará su respaldo a los acuerdos de asociación con el Este, que servirán de vínculo político y cauce de mayor cooperación. Sustituirán a los acuerdos comerciales en vigor. Los Doce quieren iniciar cuanto antes la negociación, pero Ia Comisión Europea es partidaria de no precipitar las cosas", según el vicepresidente, Frans Andriessen.

Un caso particular

En ese nuevo esquema, la Unión Soviética, por su dimensión, es un caso muy particular. Y Rumania, a causa de su situación política, una excepción temporal. De momento, la Comunidad Europea aplazará la firma del tratado comercial ya negociado y se opondrá a que este país sea incluido en la ayuda occidental del Grupo de los 24.

La Operación Faro, aprobada en principio para Polonia y Hungría, se ampliará el próximo mes a Checoslovaquia, Bulgaria, la República Democrática Alemana y Yugoslavia. Rumania debe antes cumplir las condiciones políticas requeridas, cosa un tanto difícil tras los recientes acontecimientos en Budapest.