La política de Menem fragmenta el peronismo

José Comas La política neoliberal del presidente Carlos Menem ha provocado un sinfín de pugnas internas en el movimiento peronista, donde se pueden distinguir hasta ocho grupos y subgrupos. Las querellas dentro de los grupos políticos y sociales han provocado que en Árgentina el adjetivo interno haya adquirido ya en el léxico el carácter de sustantivo. Se habla en Árgentina de la interna y se dice que uno de los males nacionales es el ínternismo.

Los peronistas andan enzarzados en una interna que amenaza con romper el grupo parlamentario. Los ocho diputados peronistas con posiciones que podían definirse como de izquierda, el llamado grupo de los ocho, intentan hacer rancho aparte dentro de la fracción parlamentarla y, sin llegar a la ruptura definitiva, marcan distancias. El fin de semana de la fiesta patria del 25 de mayo un contingente de peronistas se reunió en el otoñal Mar del Plata para formar una especie de plataforma de apoyo a la política de Menem.Para clasificar a los peronistas se requiere hoy día métodos de trabajo propios de un entomólogo. Ha quedado ya casi obsoleta la tradicional división entre menemistas y renovadores, seguidores del presidente del Partido Justicialista, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero.

Se distinguen en el peronismo hasta cuatro clases de menemistas: los rojo punzó, o menemistas de primera hora; los celestes, una variante más moderada del menemismo los neomenemistas, que se arrimaron al vencedor tras haber militado antes en el sector renovador, y el grupo Aspen, que son los cerebros grises de la plataforma ideológica de apoyo a Menem.

Cañero mantiene sus posiciones renovadoras y llegó a denunciar una infiltración conservadora en el peronismo, pero se sumó a la reunión de Mar del Plata.

A este conglomerado hay que añadir las dos corrientes que dividen la Confederación Argentina del Trabajo (CGT): los de Azopardo, en torno a Saúl Ubaldini, contra Menem, y los de San Martín, que apoyan al Gobierno.