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Gorbachov ofrece a Lituania la secesión en dos años

Pilar Bonet

PILAR BONETLituania lograría la independencia en un plazo aproximado de dos años si accediese a anular la declaración unilateral a ese respecto adoptada por el Parlamento de Vilna el 11 de marzo, según una propuesta de compromiso realizada ayer por el presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, durante una entrevista con varios diputados de aquella república báltica. Así lo afirmó el diputado Valdotas Antanaitis, uno de los cuatro representantes lituanos que participaron en la conversación con Gorbachov durante el descanso de mediodía en las sesiones del Sóviet Supremo de la URSS.

El encuentro duró una hora y quince minutos. Durante la reunión, "Mijail Gorbachov no mencionó la Ley de Secesión de la URSS", según manifestó a EL PAIS el diputado Nikolái Medvédev, otro de los participantes.Romas Gudaitis y Egidius Bichkauskas fueron los otros dos diputados lituanos que conversaron con Gorbachov. La Ley de Secesión de la Unión Soviética prevé un plazo de hasta cinco años para que una república abandone la Unión Soviética.

Medvédev manifestó que el presidente Gorbachov había insistido reiteradamente en que Vilna anulara o suspendiera su declaración de independencia del 11 de marzo, y no se dio por satisfecho con la reciente decisión del Parlamento lituano en el sentido de suspender las leyes adoptadas tras la declaración de independencia de forma temporal, mientras duren las negociaciones con Moscú. Gorbachov calificó esta medida como "medio paso hacia delante".

Los diputados lituanos se negaron a asistir a las sesiones del Sóviet Supremo de la URSS tras la declaración de independencia. Esta semana, sin embargo, han reconsiderado su postura y ahora son una quincena los que asisten regularmente a las sesiones del Parlamento soviético. La presencia en Moscú de tal delegación lituana tiene como fin principal establecer contactos y explicar la postura de la república báltica, severamente castigada por el bloqueo económico impuesto por el Kremlin.

Ayer, el jefe del Gobierno, Nikolái Rizhkov, tuvo palabras muy duras para Lituania, tras negar que el Gobierno soviético estuviera llevando a cabo un bloqueo económico. "Sólo se les ha dejado de mandar petróleo y, en parte, gas", afirmó Rizhkov. "Siempre dijeron que podían vivir sin nosotros", añadió. "Ahora, que lo sientan un poco".

Estas palabras causaron irritación entre los diputados del Báltico que asistían al Parlamento. Al acabar la sesión matutina, un enviado de Gorbachov se acercó a los lituanos y les dijo que el presidente les iba a recibir. "Nos esperaba con la mesa puesta, llena de apetitosos canapés, y tomamos un té juntos", manifestó Medvédev.

La entrevista era el resultado de una gestión realizada dos días antes por los lituanos ante un ayudante del presidente.

"Gorbachov comenzó preguntando qué arriesgamos si suspendemos nuestra declaración de independencia y por qué tememos que nos engañen", afirmó Medvédev. "Nos propuso buscar un camino de salida al problema, pero nosotros le señalamos que será dificil convencer a los lituanos de que acepten congelar la declaración de independencia", añadió. Medvédev se sentía animado y decía ver posibilidades de un "compromiso" en las relaciones entre Vilna y Moscú.

Presión

Medios políticos reformistas han manifestado que los militares y el aparato conservador del PCUS han presionado a Gorbachov para que sea intransigente en su exigencia de que las tres repúblicas anulen sus declaraciones de independencia.

Los portavoces oficiales lituanos han mantenido que la declaración de independencia no sé negocia, pero tras los bastidores parece que ese texto, de gran importancia simbólica, es objeto de discusión. Medios bálticos señalan que la primera ministra, Kazimiera Prunskiene, y el presidente del Sóviet Supremo de Lituania, Vitautas Landsbergis, tienen puntos de vista diferentes sobre el tema. Durante su estancia en Moscú, la semana pasada, Prunskiene se avino a someter al Parlamento lituano el texto mismo de la declaración de independencia.

Entre los síntomas de que la crisis del Báltico podría desbloquearse está el hecho de que Moscú ha encargado a medios de estas repúblicas que propongan soluciones de organización para el futuro.

Por otro lado, la princesa Ana de Inglaterra, hija de la reina Isabel II, inició ayer la primera visita oficial a la URS S de un miembro de la familia real inglesa desde la ejecución del zar Nicolás II y su familia en 1918. La princesa se entrevistó ayer con Mijail Gorbachov en el Kremlin. Permanecerá en la URSS 13 días.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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