Chile, un pais viable
Mirado desde la perspectiva europea -es decir, con los. parámetros del primer mundo-, Chile es hoy, bajo el Gobierno democrático, un país viable. Con el advenimiento de la democracia se dan las condiciones óptimas para que, en el marco de una insoslayable y necesaria combinación de crecimiento económico y justicia social, se alcancen en el mediano plazo niveles de desarrollo que permitan eliminar la marginalidad y la pobreza. Al gran esfuerzo nacional que este desaflo representa, y que todo el país está dispuesto a realizar, están llamados a sumarse los empresarios e inversionistas europeos, aprovechando para ello además los convenios-marco que diferentes países, entre ellos España, y la propia CE han suscrito o están en vías de hacerlo, para alentar las inversiones, joint-ventures y los intercambios comerciales con ese país. En este contexto es posible hacer realidad el pronóstico del comisario Abel Matutes: "Chile será el primer país de América Latina en combinar adecuadamente democracia con desarrollo".Cuatro elementos, entre muchos otros, permiten afirmar que es un país de posibilidades ciertas, exitosas y rentables para los europeos que deseen participar, junto a los trabajadores y empresarios chilenos, en el proceso de desarrollo nacional: concertación política, equilibrio macroeconómico y dinamismo, concertación social y apoyo internaciónal.
- Concertación política. Chile tiene hoy un Gobierno que cuenta con la más amplia base política jamás habida en el país. Por una parte, los 17 grupos políticos que apoyan directamente al Gobierno, conforman su Gabinete ministerial y sus altos cargos, abarcan un amplio espectro que va desde el centro-derecha hasta la izquierda socialista, lo que constituye una garantía de estabilidad al estar comprometidos todos firmemente en un programa de gobierno realista, no,demagógico y coherente.
Acuerdos
Por otra parte, el centro-derecha y la derecha que apoyaron al régimen militar han marcado distancias con su pasado y se incorporan al proceso democrático dando pruebas de ello: han colaborado en las reformas constitucíonales previas a la elección presidencial, tal como lo pedía la oposición; se han integrado en comisiones de trabajo para aprobar un paquete legislativo del Gobíerno de Aylwin para desatar y democratizar las instituciones, y favorecer la transición en el marco de lo que ellos mismos han definido como la democracia de los acuerdos.- Equilibrio macro-económico y dinamismo. Sin duda, gracias al esfuerzo y sacrificio de todos los chilenos, especialmente de los trabajadores, y al dinamismo de una economía en crecimiento, Chile presenta unos índices muy alentadores. Por ejemplo, en cuanto a crecimiento, en 1989 el Producto Nacional Bruto (PNB) aumentó un 10%; las exportaciones subieron un l4,6%; la inversión real, un 32,3%, y el consumo, un 8%. La tasa de inversión representa un 20% del PNB. Hay disciplina presupuestaria y estabilidad jurídica en la normativa sobre inversión extranjera, incluidas las operaciones swaps. La deuda externa, que por esta vía se ha reducido en 8.000 millones de dólares, es de 18.000 millones de dólares, muy alta para el tamaño del país, pero relativamente manejable y que probablemente será renegociada en un porcentaje significativo.
La balanza de pagos muestra un superávit de 480 millones de dólares, y la comercial, de 1.590. Las exportaciones superaron los 8.000 millones de dólares, y la inversión extranjera se materializó en 1.580. Hay actualmente en cartera, clasificados, proyectos de inversión, públicos y privados, .por un total cercano a los 30.000 millones de dólares para los próximos cinco años.
El equipo económico del nuevo Gobierno, compuesto por democristianos y socialistas, se propone mantener los equilibrios, continuar dando impulso a la inversión, nacional y extranjera; a las exportaciones, incluidas las manufacturas, y proyecta un crecimiento sostenido del PNB de un 4%-5%, consciente de que no se puede continuar creciendo al 10% a riesgo de un recalentamiento de la economía. La inflación de 1989 fue del 21 %, cifra que se proyecta reducir para 1990. La confianza, clave junto con la estabilidad, existe.
- Concertación social. El nuevo Gobierno tiene ante sí un imperativo ético, emanado de su carácter progresista, de reparar la enorme deuda social que deja la dictadura. El modelo de desarrollo aplicado y sus éxitos macroeconómicos, antes señalados, ha sido absolutamente excluyente. Existen cinco millones de pobres, que no han tenido acceso a los beneficios del crecimiento. Los salarios son insuficientes, y el empleo se ha precarizado. Los servicios como sanidad y educación se han deteriorado considerablemente. Esta situación, de dificil manejo si se quieren preservar los equilibrios de la economía y se avanza enla redistribución de las cargas y beneficios, será afrontada desde una perspectiva de consenso.
Pocos días después del triunfo de Aylwin, la Confederación de la Producción, patronal de los empresarios, y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) materializaron en un acuerdo las conversaciones que venían sosteniendo desde antes de las elecciones, estableciendo los procedimientos a través de los cuales se llevarán a cabo negociaciones en materia de salarios, derecho de huelga, condiciones de empleo, etcétera. El nuevo Gobierno ha sostenido que los programas sociales y las medidas económicas en beneficio de los trabajadores serán conducidos en coordinación con los sectores afectados, sin recurrir al déficit ni a la emisión inorgánica.
- Apoyo internacional. La simpatía internacional que despierta el Gobierno de Aylwin, producto de largos años de ' solidaridad de la mayor parte de los países con el pueblo chileno bajo la dictadura, es una base inmejorable para la cooperación.
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