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UNA NUEVA EUROPA

Kohl acepta impulsar la unión política de Europa

ENVIADOS ESPECIALESEl presidente del Gobierno español, Felipe González, dio ayer un formidable espaldarazo al proceso de unificación alemana, y el canciller de la RFA, Helmut Kohl, confirmó, a cambio, su apego no sólo a la unión monetaria de la Comunidad Europea (CE), sino también a la fase que culminará la construcción comunitaria, la unión política de los doce. González convenció a su interlocutor de que impulse la unión política de Europa en la próxima cumbre de Dublín. Con esta declaración europeísta, Kohl intenta superar los recelos de algunos de sus socios comunitarios preocupados por las repercusiones que la unidad alemana puede tener sobre la buena marcha de la Comunidad Europea.

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"Compartimos la emoción que se puede sentir en esta parte de Alemania" tras las elecciones en la RDA, afirmó en conferencia de prensa un jefe del Gobierno español que se expresó en términos más entusiastas que sus homólogos europeos sobre la futura unidad alemana. Este objetivo ' precisó, "es digno de ser apoyado con simpatía y con solidaridad".González rehusó opinar sobre las modalidades del proceso de unificación, subrayando que "corresponde a los alemanes decidir y articularlo"; dio por zanjada la polémica sobre la frontera oriental de Alemania y aseguró que no sería necesario un tratado de adhesión para el ingreso de a RDA en la CE porque su incorporación se haría a través de la RFA. Esto equivale en la práctica a aceptar que la unificación se efectúe mediante el artículo 23 de la ley fundamental federal, que implica que los cinco ex Estados (lander) de la RDA pedirían su ingreso en la República Federal de Alemania.

Tal respaldo casi incondicional a la política de Kohl fue acogido con evidentes muestras de satisfacción por éste, que reiteró su "agradecimiento a los amigos españoles ( ... ), amigos fieles de los alemanes, que en todo momento han apoyado el derecho a la autodeterminación. Y a usted, señor primer ministro, que nos ha acompañado en este camino"

Tres patas

González debe de estar convencido de que la mejor manera de impedir que la nueva Alemania emergente se descuelgue de la construcción europea es mostrarle su confianza, pero pedirle a su vez que confirme y ahonde 'los compromisos que ha contraído con la Comunidad que, recordó, tiene "tres patas" pendientes de desarrollar -mercado único unión monetaria y unión política-, a las que ayer añadió una cuarta, la unificación alemana, como si ésta fuese uno de los pilares sobre los que se asentaría la construcción de Europa.

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Este proyecto, que se iniciará con la unidad monetaria entre la RDA y la RFA, "no interferirá, ni alterará el calendario", según González, de la unión económica y monetaria europea, cuyas bases empezarán a ser sentadas por una conferencia intergubernamental que la próxima presidencia italiana de la CE debe convocar para diciembre, pero que a España le hubiese gustado celebrar unos meses antes.

González parece considerar oportuno que las suspicacias que suscita la unificación entre algunos socios comunitarios pueden ser vencidas con "la transmisión de un mensaje para todos los ciudadanos europeos para avanzar hacia la unión política de Europa", es decir, la transferencia de soberanía de los Estados miembros a las instituciones supranacionales.

Kohl parece haberse dejado convencer y ayer anunció que de la cumbre europea extraordinaria de Dublín del 28 de abril "partirá un impulso más fuerte que el que se preveía en Estrasburgo [en el Consejo Europeo de diciembre de 19891 a propósito de las instituciones que conforman la CE".

El ministro español de Economía, Carlos Solchaga, dio, sin embargo, a entender que habría que esperar a la cumbre ordinaria de junio de este año para que se dé el empujón a la construcción europea al que aludió el canciller, y descartó que la conferencia intergubernamental de diciembre debata también la unión política de los doce.

El canciller trató de la creación de una policía federal europea para combatir a las organizaciones criminales y de narcotraficantes. Kohl ya había puesto sobre el tapete este proyecto en la cumbre hispano-alemana de Sevilla. "Aunque para nosotros es aceptable", reconoció González, "es difícil de articular", mientras algunos países "antepongan la defensa de la soberanía nacional" a la eficacia de la lucha policial.

El ministro de Economía de la RFA intentó apaciguar los temores españoles sobre una posible desviación hacia la RDA y el Este de las inversiones de empresas alemanas que por ahora fluyen hacia la península Ibérica. "Las inversiones previstas en España se seguirán manteniendo", recalcó.

Carlos Solchaga vaticinó: "Como los germanoorientales no se comprarán de entrada un coche Mercedes, sino más bien un Ford Fiesta, esto puede venir bien para nuestra industria automovilística".

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