Solchaga desmitifica el objetivo del 5,7% de inflación y señala que lo importante es reducirla respecto a 1989
El cuadro macroeconómico que presentó ayer el Gobierno a las Cortes como marco de referencia para los Presupuestos Generales del Estado de este año, prevé un objetivo de inflación del 5,7%. El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, matizó sin embargo que "lo importante este año no es alcanzar el 5,7% sino reducir la inflación respecto al pasado ejercicio (6,9%) y disminuir el diferencial de precios frente a los países de nuestro entorno". Con una política presupuestaria y monetaria moderadamente restrictiva, "la pelota está ahora en el tejado de los salarios, que no deben crecer más del 7,5%". En caso contrario, el ministro volvió a amenazar con una nueva vuelta de tuerca en la política monetaria y fiscal.Por el tejado del sector público, es decir, en la política económica, presupuestaria y monetaria, el objetivo del Gobierno es propiciar un enfriamiento suave de la economía española para así reducir la inflación y el desequilibrio exterior. Esta primera vuelta de tuerca se reflejará en un menor crecimiento económico este año (4% en términos reales, frente al 5% de 1989) y, en consecuencia, una menor creación de puestos de trabajo (306.000 nuevos empleos frente a los cerca de medio millón del pasado ejercicio).
Esta estimación respecto a la creación de puestos de trabajo contrasta con la realizada días atrás por el PSOE, para quien en los próximos años se pueden crear 400.000 empleos con un PIB del 4%. "Las previsiones del Gobierno y las del PSOE no tienen por qué ser coincidentes", aclaró Solchaga.
Enfriamiento
Dentro de la política económica, la disminución de la demanda interna (del 7,7% en 1989 al 5,1% en 1990) permitirá, según el deseo del Gobierno, reducir el desequilibrio exterior a través de un mayor ritmo de crecimiento de las exportaciones (del 4,7% al 6,7%) y una disminución en las importaciones (del 16,1% al 10,3%). En consecuencia, el saldo neto exterior pasaría de detraer 2,7 puntos al PIB a representar una menor aportación de -1,1 puntos.
La otra consecuencia de este enfriamiento de la economía debe ser, según Carlos Solchaga, una reducción de la inflación del 6,9% del pasado año al 5,7%. Sin embargo, el ministro de Economía, desmitificó este objetivo al preguntarse "¿qué pasa si no alcanzamos el 5,7% de inflación?". Depende de lo que "nos desviemos", se contestó el ministro y añadió: "Lo importante este año no es tanto el 5,7% sino conseguir reducir la inflación respecto al ejercicio anterior y disminuir el diferencial con los países de nuestro entorno". No alcanzar este objetivo sería "lo verdaderamente inquietante".
Con una política monetaria y fiscal coordinadas -"a diferencia del pasado año en que hubo problemas de encaje", reconoció el ministro-, "la pelota está ahora en el tejado de los salarios". El cuadro macroeconómico que presentó ayer Solchaga, contempla un incremento de la remuneración media de los asalariados del 7,3%. (frente al 7,2% el pasado año), aunque el ministro reiteró ayer el tope del 7,5%. El aumento de la productividad (del 0,8% al 1,5%) permitirá, según las previsiones del Gobierno, disminuir los costes laborales unitarios (del 6,4% al 5,8%).
El ministro reiteró que si los salarios no se comportan dentro de estos límites, se procederá a "mayores restricciones en la política monetaria y en la fiscal". Por el momento, se mantiene el límite del 10 % en el crecimiento del crédito, con un margen para los activos líquidos en manos del público del 6,5% al 9,5%. En la política presupuestaria, el enfriamiento se concreta en un crecimiento del gasto público inferior al del conjunto de la economía. Así, frente a un PIB de 45,9 billones de pesetas (incremento monetario del 10,87.), el gasto no financiero del Estado se situará en 11,3 billones de pesetas y los ingresos en 10,5 billones, con crecimientos del 8,9%, y del 10,7%, respectivamente. En cuanto al gasto no financiero consolidado, es decir, del Estado más organismos autónomos, en tes públicos y Seguridad Social, el volumen total de recursos se sitúa en 17,6 billones de pesetas con un crecimiento del 10,3%.
El resultado es un déficit de caja no financiero del Estado de 791.400 millones de pesetas, lo que supone un 1,6% del PIB, frente al 1,7%. del pasado año.
Las líneas básicas de la política presupuestaria son, según explicó Solchaga, "continuar la reducción del déficit público y una moderación en el gasto que salvaguarde las necesidades de infraestructuras, la mejora de los servicios públicos y de las prestaciones sociales.
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