EE UU levantará el embargo económico a Nicaragua

La Administración norteamericana, sorprendida y satisfecha por la victoria de Violeta Chamorro, ha anunciado que levantará el embargo económico que pesa sobre Nicaragua desde 1985 y que nombrará un embajador en Managua si la presidenta electa toma posesión el 25 de abril, tal y como está previsto. El embargo prohibe la importación y exportación de productos entre ambos países y afecta también al tráfico aéreo y marítimo entre EE UU y Nicaragua.

El único temor de Washington en estos momentos es si el presidente nicaragüense Daniel Ortega abandona pacíficamente el poder y si entrega al nuevo Gobierno el mande, de las fuerzas armadas y el control del aparato de seguridad. Ortega declaró el pasado lunes, poco después de su derrota en las urnas, que respetaría y obedecería "el mandato popular", lo que le valió la felicitación pública del presidente George Bush, uno de sus más duros adversarios políticos.La vía pacífica por la que se ha resuelto el conflicto nicaragüense ha causado una gran alegría en el Congreso y en el Departamento de Estado, además de en la Casa Blanca. Muchos congresistas y senadores se han alegrado de la victoria de Chamorro y de que el fin del sandinismo se haya decidido en las urnas y no en el campo de batalla. El pasado lunes, Bush calificó el resultado de esos comicios como "una nueva victoria para la democracia", mientras sus colaboradores mas directos se declaraban "felices" por el resultado de la consulta.

La derrota de Ortega pone punto final, de momento, a uno de los debates políticos más duros, prolongados y, polémicos que se recuerdan en Washington y en este hemisferio. La derrota del sandinismo por la vía del voto ha dejado en entredicho la estrategia política utilizada por la Administración del presidente Ronald Reagan, que intentó derrocar a los sandinistas a través de las armas y la financiación de la contras, los guerrilleros rebeldes a los que Reagan denominaba luchadores por la libertad.

El 'diálogo' de las armas

El empeño de Reagan por sustituir la vía pacífica por el diálogo de las armas estuvo a punto de colapsar la Administración estadounidense. La diferencia de opiniones del Congreso y la Casa Blanca respecto a la política hacia Nicaragua se agravó cuando varios altos funcionarios de Reagan vendieron armas a Irán para desviar dinero a la contra. La victoria de Chamorro, que coincide con la declaración de Reagan sobre su relación con los implicados con el Irangate, es el velo que cubre estas oscuras páginas de la historia estadounidense.

La noticia de que Washington nombrará un nuevo embajador en Managua y de que levantará el embargo económico que pesa sobre Nicaragua desde 1985, ya fue anunciada por Bush el pasado mes de noviembre durante la visita de Violeta Chamorro a la capital norteamericana. Bush prometió en aquella ocasión que si las elecciones se llevaban a cabo de forma legal y pacífica, EE UU revisaría su política comercial con Nicaragua.

Las sanciones impuestas en 1985 por el presidente Reagan prohibían la importación de productos nicaragüenses a Estados Unidos y la exportación de toda clase de productos fabricados en Estados Unidos a Nicaragua. El embargo iba más lejos. Los aviones comerciales y los barcos nicaragüenses no podían aterrizar ni amarrar en territorio nacional estadounidense. El levantamiento del embargo depende tan sólo de una decisión del presidente, del mismo modo que ocurre con el embargo que pesa sobre Suráfrica.

Analistas económicos han señalado que el embargo sobre Nicaragua ha sido la losa que ha provocado el hundimiento de la economía sandinista que durante los últimos cinco años ha estado azotada implacablemente por la inflación y el desempleo.

Margaret D. Tutwiler, portavoz del Departamento de Estado, ha declarado que EE UU hará "todo lo que pueda" para ayudar al gobierno de Chamorro y que, incluso, solicita a otros países que presten su apoyo al nuevo Gobierno. Bernard Aronson, subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, declaró ayer que el embargo sobre Nicaragua se levantará "pronto".

Abandonar las armas

En cuanto al futuro de los luchadores de la libertad, la contra, parece claro en Washington que deben abandonar las armas de forma inmediata e integrarse a la vida política y social de su país. En estos momentos, 10.000 nicaragüenses se encuentran acampados en Honduras esperando que alguien les de la orden de decir adiós a las armas.

Según fuentes norteamericanas, el número de exiliados nicaragüenses en Estados Unidos es fijado entre 150.000 y 300.000 personas, de las que 175.000 viven en la zona de Miami (Florida).

La ayuda norteamericana comienza a volar hacia Managua a partir de hoy mismo. Por primera vez en muchos años, aviones militares y de transporte comercial civil norteamericanos viajarán a Nicaragua cargados de alimentos, ropa y medicamentos, en lugar de fusiles, municiones y material bélico para la guerrilla. El envío de ayudas materiales se prolongan durante todo el mes de marzo y abril, según funcionarios del Departamento de Estado.