1990, un año decisivo
España suscita cada vez mayor interés entre esa tribu nómada en la que se convierten galeristas, críticos, aficionados, coleccionistas, enamorados del arte de todo el mundo, que este año han acudido a Madrid de forma unánime. Así lo reconocen galeristas de Madrid, Valencia, Bilbao, Santander, Tenerife y Sevilla. Según sus declaraciones, este año Arco se abrirá con las expectativas más optimistas.Parte de la gran expectación se mueve en tomo a la presencia de las galerías neoyorquinas bastante perezosas a la hora de trasladar sus enseres al otro lado del charco. Sin embargo, Arco cuenta con galeristas de primera línea internacional. En opinión de Juana de Aizpuru, impulsora de la feria en sus primeros años "La participación de galerías intemacionales, el hecho de que la oferta sea cada vez más interesante, es fundamental para atraer la presencia de los grande coleccionistas. También contribuye a que el coleccionista español, que prácticamente desconocía el mercado internacional, haya evolucionado enormemente en estos últimos años".
Sin embargo, queda mucho por hacer respecto al mercado que Arco promueve. "El mercado español no es sólido, aún ignora en gran medida el arte extranjero, es demasiado nacionalista", dice Angel Luis de la Cruz, de la galería Leyendeker, en Tenerife. "No se vende mucho, pero hay una gran clientela potencial. La Feria de Basilea mueve más dinero, pero en Arco hay una mayor participación de galerías. Las ferias no tienen una rentabilidad inmediata, porque la gente se va habituando a comprar, a ver arte, a tomar contacto con las galerías, recibe una idea de lo que es el arte contemporáneo. En este sentido es muy positiva. Arco cuenta con un público muy curioso", opina Soledad Lorenzo.
Es unánime la consideración del momento clave que Arco atraviesa para su consolidación definitiva. "El año pasado hubo más clientes extranjeros que, nunca, pero no llegaban a com prar", dice Mercedes Baudes, de Madrid. "Éste es un año muy decisivo en cuanto al comportamiento que va a tener el coleccionismo internacional y el nacional, sin olvidar el papel que en este país deberían jugar las instituciones como grandes coleccionistas", afirma un representante de la galería Fúcares.
Los compradores
Arco es la feria más visitada, y aunque ello crea unas incomodidades lógicas a participantes y compradores, es un índice no despreciable de la inquietud que se ha generado en torno al arte en estos últimos años. "Se ha creado un tipo peculiar de coleccionista, que es el que compra exclusivamente en Arco: ahorra durante el año y vuelve en la feria siguiente. Ésta es una figura insólita en otros lugares. El tipo medio de cliente es el que gasta de 200.000 a 500.000 pesetas. Este nuevo comprador es un cliente potencial que se ha empezado a interesar en el arte a través de Arco. Los galeristas, de cara al comprador, prefieren este tipo de aficionado al gran inversor, que compra para especular", dice Roberto Sanz de Gorbea, de la galería Kulturgintza, Bilbao.
Casi todos reconocen con pesar que "el español es poco arriesgado y suele preferir la obra de pintores conocidos o con un nombre que suena a pesar de los precios más elevados que tienen que pagar por ella", dice un' representante de la galería Siboney, Santander. Las expectativas son por lo general optimistas y la queja generalizada se concentra en las deficiencias de la infraestructura de servicios internos y el escaso tiempo que se ha dedicado al montaje de las galerías. Algunos camiones deberán dormir a las puertas del Pabellón de Cristal con el fin de descargar con tiempo suficiente para que todo pueda estar a punto a la hora de la inauguración. A pesar de estas pegas, el respaldo a la organización de Arco es unánime, tanto en lo que respecta a Ifema, en la persona de Rosina Gómez Baeza, como a la labor del comité de selección.
Este apoyo mayoritario no descuida el empeño con que la organización. debe aún mejorar el servicio que se ofrece a las galerías teniendo en cuenta los altos precios -Arco es una de las ferias más caras- que éstas deben pagar por concurrir a una feria que no ofrece de momento una alta rentabilidad.
"La atracción por Arco y por España, que se ha convertido en un foco de interés para el público del arte mundial, debe de consolidarse en una oferta artística de gran calidad y en una buena acogida por parte de la ciudad organizadora", dice finalmente la galerista Marga Paz (Madrid).
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