La victoria de Calderón en Costa Rica augura un giro conservador en Centroamérica

Un neto giro conservador en Centroamérica y el fin de la política de paz y mediación desarrollada hasta ahora por Oscar Arias pueden pronosticarse tras la victoria, el domingo, del socialcristiano Rafael Calderón, nuevo presidente de Costa Rica por apenas cuatro puntos de ventaja sobre su contrincante socialdemócrata.

Los últimos resultados del tribunal electoral daban a Calderón un 52% de los votos y 48% al candidato del Partido de Liberación Nacional (PLN), Carlos Manuel Castillo. Participaron en los comicios el 80% del 1.600.000 costarricenses inscritos para votar.El hecho de haber nacido hace 40 años en Nicaragua, donde su padre vivía como exiliado político, y de haber tenido como padrino de bautismo al desaparecido dictador Anastasio Somoza, pueden ser sólo circunstancias anecdóticas, pero lo cierto es que Calderón se ha manifestado durante toda la campaña electoral como un furibundo antisandinista y un convencido de la política de presión por parte de Estados Unidos sobre el Gobierno de Nicaragua.

Ese ha sido uno de los caballos de batalla de su discurso electoral, en el que acusó continuamente al actual presidente de Costa Rica, Oscar Arias, de haber equivocado su política internacional y de haber sido utilizado por los sandinistas para sus propios fines.

Rafael Calderón fue quien insistió para que la candidata de la oposición en las elecciones presidenciales nicaragüenses, Violeta Chamorro, fuese invitada a la cumbre presidencial, con asistencia de George Bush, que se celebró en San José el pasado mes de octubre. La propietaria del diario La Prensa puede contar con la seguridad de un fiel aliado en su vecino del Sur cuando Calderón tome posesión de su cargo el próximo 8 de mayo.

El nuevo presidente ha sido siempre partidario del apoyo norteamericano a la contra nicaragüense y defendió la guerra contra los sandinistas durante la campaña electoral de 1986, en la que fue derrotado por Arias. Cuatro años antes había sido también desplazado de la carrera presidencial por Luis Alberto Monje. En esta ocasión, Calderón ha moderado ligeramente su política internacional, aunque ha defendido la necesidad de estrechar relaciones con EE UU.

Giro a la derecha

La victoría de Calderón se suma a la de los candidatos más conservadores en las elecciones celebradas últimamente en El Salvador y Honduras, así como al derrocamiento del general Manuel Antonio Noriega en Panamá y al incremento de las posibilidades electorales de la oposición derechista en los comicios que deben celebrarse el próximo mes de febrero en Nicaragua, con lo que el escenario político en Centroamérica va adquiriendo otro perfil.El partido de Calderón, el Partido de Unidad Social Cristiana (PUSC), obtiene también mayoría en la Asamblea de Representantes, donde controlará 29 de los 57 escaños. Uno queda en manos de la izquierda y el resto son para el Partido de Liberación Nacional (PLN), cuyo candidato presidencial, Carlos Manuel Castillo, reconoció en la misma noche del domingo la victoria de su rival.

Los liberacionistas advirtieron, no obstante, que el triunfo de Calderón es una derrota para Costa Rica.