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Se busca director para un festival de cine

El certamen de San Sebastián, tres meses después de la dimisión de Diego Galán, no encuentra sustituto

La incertidumbre ha vuelto a instalarse en el Festival de Cine de San Sebastián tres meses después de la clausura de una edición que representaba justamente el asentamiento de un nuevo modelo de certamen donostiarra. A la dimisión del anterior director, Diego Galán, hay que sumar el abandono de los elementos que a lo largo de estos últimos años han desempeñado un papel determinante en la recuperación del festival internacional.

Aunque el alcalde de la ciudad y presidente de la fundación del festival, Xabier Albistur, prefiere no hablar de crisis, resulta obvio que el próximo certamen nacerá nuevamente bajo el signo de la transición. Y no parece aventurado pensar que los tres meses de trabajo perdidos a la búsqueda de un nuevo director, u nuevo equipo y quizá también un nuevo modelo condicionarán el programa de la próxima edición.Pese a todo, el alcalde de San Sebastián ha pospuesto al 16 de enero la fecha límite de designación del director general, en el intento de facilitar la incorporación de una persona que actualmente debe hacer frente a compromisos profesionales adquiridos con anterioridad. Fernando Méndez Leite, el anterior director de Cinematografía y uno de los cuatro candidatos a ocupar el puesto de Diego Galán, ya ha dicho que no aceptará el puesto.

Xabier Albistur ha manifestado que el festival se constituirá en próximas ediciones en una sociedad anónima integrada por los organismos que lo financian: el Ayuntamiento, la diputación provincial, el Gobierno Vasco y el Ministerio de Cultura. El organigrama diseñado para el próximo certamen introduce por vez primera el cargo del director financiero, y mantiene, junto al director general, la figura de la secretaria general del festival. A expensas de la designación de competencias se reproduce así, ampliado, el mismo esquema que ha dado lugar a la serie de dimisiones.

Incompatibilidades

La incompatibilidad entre la dirección artística del certamen y la secretaria general, responsable del área económica, constituye el nudo central de los reproches lanzados por Diego Galán al anunciar públicamente su dimisión. En sus declaraciones, efectuadas en un tono displicente, que mantiene todavía aturdidas a algunas instancias del festival, Diego Galán, planteaba la necesidad de que la gestión económica pasara a formar parte de las competencias del director artístico. Un criterio que comparte Ángel Herrero Velarde, responsable de la sección de Zabaltegi y uno de los elementos claves del festival. A su juicio, esa división de funciones hipoteca gravemente el margen de maniobra del director de un festival y le impide actuar con la rapidez que exige sostener la dinámica de un certamen internacional. "El Ayuntamiento", dice, "no ha querido enfrentarse al problema, dejó que la situación de fricción permanente se deteriorara hasta el extremo de que Diego Galán se sintió finalmente engañado. Es absurdo", añade, "que la responsable económica le imponga al director sus criterios sobre el destino del dinero, y desde luego yo tampoco pienso continuar si eso no se arregla".Herrero Velarde, notario de profesión, se muestra convencido de que la próxima edición tendrá que ser necesariamente improvisada, habida cuenta del "tiempo precioso que se está perdiendo". Indica que en años anteriores para estas fechas estaban ya decididas las secciones retrospectivas, los ciclos especiales que presentar y el espectáculo del velódromo de Anoeta, y se empezaba a localizar las copias y a solicitar los derechos de autor. "La selección de una veintena de películas exige ver unas 200, y estos meses son importantes para preparar bien las secciones paralelas".

En su opinión, el certamen corre ahora el peligro de perder las señas de identidad perfiladas a lo largo de las últimas cinco ediciones, una vez recuperada la categoría competitiva. "El festival ha adquirido su propia personalidad, depurando la sección oficial de aquellas películas que no fueran rigurosamente inéditas y despertando en consecuencia, cierta curiosidad en la prensa extranjera. Por otra parte", añade Herrero Velarde, "la sección de Zabaltegi le ha permitido atraer a nuevos realizadores, y las retrospectivas, completas, originales y un tanto inéditas que hemos presentado, empezaban a caracterizar al festival en el extranjero".,

El cinéfilo notario donostiarra subraya que los 170 críticos extranjeros presentes en la pasada edición dobla el número de hace dos años. Cree que la inestabilidad le hace un flaco favor al certamen donostiarra, y dice que el problema no es únicamente la sustitución del director por mucho que traiga un estilo o un énfasis distintos. "Tendrá que formar un nuevo equipo y establecer de nuevo los contactos en el exterior; además la nueva dirección se topará con los actuales estatutos y la bicefalia de las dos direcciones". Al igual que Diego Galán, Ángel Herrero Velarde opina que el presupuesto del festival, algo más de 300 millones, debe aumentarse sustancialmente si se quiere equipararlo con el resto de los grandes certámenes internacionales. La decisión de crear la sociedad anónima y adecuar unos estatutos que todo el mundo considera desfasados, adoptada, al parecer, de manera todavía oficiosa, le merece un comentario netamente escéptico. "Durante los últimos cuatro años el argumento de la sociedad anónima ha servido de coartada para mantener una situación en la que sólo se recurría a los estatutos de forma interesada".

El alcalde de la ciudad, Xabier Albistur, afirma que las razones esgrimidas por Diego Galán para explicar su decisión de "romper unilateralmente un contrato fijado para cuatro años" le han sorprendido tanto o más que la propia dimisión. Xabier Albistur ve razones de índole personal en la dimisión del anterior director y niega que éste haya sido desautorizado siquiera implícitamente. "Las fricciones que hayan podido existir eran un problema que resolver entre Diego Galán y la secretaria general, pero", señala Xabier Albistur, "siempre ha estado claro que el director del festival era él". Xabier Albistur, que cree en la necesidad de replantearse todo el festival de arriba abajo, incluidas las fechas, asegura, por lo demás, que la fundación municipal trató incluso de garantizarle a Diego Galán la ampliación de un presupuesto incrementado en un 50% en los últimos dos años.

El proyecto de sociedad anónima que baraja el alcalde de San Sebastián adjudica la presidencia, "simbólica", a un representante de esta ciudad, pese a que es el Gobierno vasco, con 100 millones de pesetas, la entidad que concede la más alta subvención. El organigrama establece la formación de una comisión política para fijar los objetivos del festival, un comité de selección, un comité de gestión, del que formarán parte el director general, la secretaria general y el director financiero, y un organismo encargado de los contactos, gestiones y mercadotecnia con el exterior.

Aumento de presupuesto

El proyecto de presupuesto de este año contempla un aumento similar al del índice de precios al consumo, si bien Xabier Albistur confía en sumar en un futuro las aportaciones de gremios como el de la hostelería, transportes y la publicidad, principales beneficiarios de los 1.200 millones de pesetas que se calcula deja el festival todos los años en la ciudad, de acuerdo con un estudio según el cual San Sebastián obtiene cuatro pesetas por cada una que se invierte en el certamen.Pilar Olascoaga, secretaria general del festival, no hace de claraciones, pero se sabe que, aunque con condiciones, se ha mostrado dispuesta a abandonar un trabajo que desempeña desde hace 29 años.

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