Repatriacion de la 'contra' nicaraguense

La sexta cumbre centroamericana incluyó en su declaración final nuevos compromisos para la desmovilización de la contra, la solicitud para que sea ampliado el mandato de la fuerza de paz de las Naciones Unidas para Centroamérica (ONUCA) y un llamamiento al secretario general de la ONU para que involucre en el proceso de paz a los países con intereses en la región.

La reunión estuvo a punto de fracasar a última hora de la noche por una espantada del presidente de Honduras, José Azcona, que abandonó la mesa y se fue a su hotel como protesta por la negativa de Nicaragua a retirar la demanda presentada contra el Estado hondureño ante el Tribunal Internacional de La Haya. Al final, el tema se resolvió con un complicado acuerdo para crear un a comisión que busque un arreglo extrajudicial en seis meses. El presidente deNicaragua, Daniel Ortega, consideré muy significativos los apartados del acuerdo referidos a la desmovilización de la contra, especialmente el que pide que "los fondos aprobados (por el Congreso de EE UU) para la Resistencia Nícaragüense sean entregados a partir de la firma del presente acuerdo a la Comisión Internacional de Apoyo y Verificación (CIAV), con el propósito de ejecutar el proceso de desmovilización, repatriación o reubicación voluntarias de los miembro! de la Resistencia Nicaragüense".

Los cinco presidentes solicitan que el proceso de desmovilización se inicie "a partir de la firma del presente acuerdo", y piden que, para ello, 11 Gobierno de Nicaragua proceda de inmediato a sostener los contactos pertinentes con la ,ONUCA y la CIAV. Asimismo, los sandinistas se comprometen a ampliar hasta el 5 de febrero el plazo para inscribirse en el registro electoral a todos los contras que opten por la repatriación.

La cumbre de Costa Rica destacó la importancia de la ONUCA en el proceso de paz y pidió que se den más atribuciones a las fuerzas que comanda el general español Agustín Quesada. Los presidentes solicitaron al secretario general de la ONU que "el mandato de la ONUCA sea ampliado para incluir la verificación de los procesos de cese de hostilidades y la desmovilización de fuerzas irregulares que se puedan acordar en la región". También se pidió que se acelere la entrada en funcionamiento de la ONUCA.

La Declaración de San Isidro de Coronado exhorta a los presidentes de Nicaragua y El Salvador a que resuelvan sus divergencias "por medio de la negociación y el diálogo' y convoca a una nueva cumbre para el primer trimestre de 1990 en Managua.