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La 'cumbre' centroamericana exige a la guerrilla salvadoreña que cese sus acciones y se desmovilice

Antonio Caño
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Repatriacion de la 'contra' nicaraguense

Con la firma del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que hace apenas dos semanas calificó al Gobierno de Cristiani como "un Gobierno de asesinos", los cinco presidentes centroamericanos acordaron en la Declaración de San Isidro de Coronado -localidad donde se celebró la reunión de dos días- conceder su "apoyo decidido al presidente de El Salvador y su Gobierno como fiel demostración de su política invariable de respaldar a los Gobiernos que- sean producto de procesos democráticos".El a cuerdo hace "un llamado vehemente al FMLN para que inmediata y efectivamente cese las hostilidades y se reincorpore al proceso de diálogo ya iniciado". Asimismo demanda "en forma enérgica al FMLN que renuncie públicamente a todo tipo de violencia que afecte directa o indirectamente a la población civil". "En consecuencia", añade el documento, los cinco presidentes solicitan a la Comisión Internacional , de Apoyo y, Verificación (CIAV) que inicie de inmediato sus acciones para la desmovilización del FMLN".

Hasta aquí, todo supone un éxito monumental del presiden te Alfredo Cristiani, que ha conseguido incluir en la declaración todos los planteamientos de su Gobierno sobre las características de la guerra que se libra desde hace un mes. Particularmente favorable a Cristiani resulta el tratamiento del FMLN como una fuerza irregular, carente de legitimidad, y no, como pretendía la guerrilla, como una parte de igual a igual con el Gobierno. Como quería Cristiani, la declaración de los presidentes no pide una tregua los dos bandos, sino que el FMLN desaparezca.

Solicitud de los presidentes

Sólo cabe apuntar ligeramente en el marco de los puntos de vista del FMLN una solicitud de los cinco presidentes para que el secretario general de la ONU "efectúe las acciones necesarias para que se reinicie el diálogo entre el Gobierno de El Salvador y el FMLN, y contribuya a su exitoso0 desarrollo".

Especialmente grave para los intereses del FMLN resulta la comparación que expresa mente se mantiene con la contra. "La puesta en marcha de los procesos de desmovilización de la resistencia nicaragüense y el FMLN", dice el aparta . do seis de la declaración, .constituye un factor funda mental para superar la crisis en que se encuentra el proceso de paz, por lo que la ONUCA [fuerzas de paz de las Naciones Unidas para Centroamérical debe acelerar si4s actividades para evitar el suministro de armas al FMLN y a la resistencia nicaragüense".

La declaración causó sorpresa entre los observadores, que esperaron hasta las tres de la mañana de ayer el final de una cumbre que se creía -y tal vez lo fue- trascendental para el futuro de Centroaméricá. Lo que ocurrió, sustancialmente según la opinión de la mayoría es que el Gobierno de Nicaragua rompió sus lazos con el FMLN, renunció a su apoyo a la guerrilla salvadoreña, a cambio de un ligero avance en la desmovilización de la contra.

Ortega, que hace pocos días defendía el derecho de los rebeldes a poseer misiles tierra aire y dejaba pensar que Nicaragua abastecía de armas al FMLN, pasaba ayer dificulta des para intentar explicar que el acuerdo de Costa Rica coincide en cierta medida con los intereses de paz que siempre ha sostenido la guerrilla.

Lo que hasta ayer era trascendiental para Ortega, la condena del Gobierno salvadoreño por las violaciones de derechos humanos, y particularmente por su responsabilidad en el asesinato de los seis jesuitas, quedó reducido en el documento a un "compromiso de respetar plenamente los derechos humanos, incluyendo los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales establecídos en sus constituciones y ,en los acuerdos internaciones suscritos y ratificados".

A cambio de eso, los presidentes también ratifican su más enérgica condena a las acciones armadas y de terrorismo [término impuesto por Cristiani] que realizan las fuerzas irregulares en la región", y reiteran su "profunda convicción de que es imperativo llevar a la conciencia de los pueblos que debe descartarse el uso de la fuerza y el terror para lograr fines y objetivos políticos". Las únicas explicaciones para que Ortega haya firmado es que crea que se trata de papel mojado, que haya recibido promesas a cambio, o bien que las presiones sobre él, de EE UU y de la URSS, hayan sido insoportables.

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