Una editorial norteamericana publica la Enciclopedia Hispánica en 'castellano universal'
En busca de mayor comprensibilidad, la obra elige las palabras menos localistas
Un grupo de altos ejecutivos norteamericanos, de pelo blanco y acento, de Nueva Inglaterra, presentará el jueves en Madrid lo que consideran es la primera enciclopedia para todos los que hablan castellano: la Enciclopedia Hispánica. En un intento de crear un castellano universal, la enciclopedia usa la palabra más adecuada en cada caso -papa o patata; piscina, alberca o pileta- , y elude equívocos como coger o concha, impronunciables en algunos países. La presentación del proyecto en Madrid por directivos de Enciclopaedia Britannica Inc, empresa pariente de la Británica, son síntomas de la progresiva importancia del español y de la reordenación de la edición en castellano.
En España existen proyectos con la misma ambición universal para el español, como el diccionario de la Real Academia Española, el diccionario de uso de María Moliner, o la enciclopedia Espasa, pero a juicio de los responsables de la Hispánica, o bien no son propiamente enciclopedias, o bien están escritos para ciertos hispanohablantes, aunque los demás puedan entenderlos.El proyecto de la Enciclopedia Hispánica fue iniciado a finales de 1981, en México y con una vocación exclusivamente latinoamericana, para ser suspendido poco después ante el hundimiento del mercado editorial latinoamericano, que por cierto contribuyó a redefinir el mapa editorial español. El proyecto incluía a España cuando fue reiniciado en 1985, y desde entonces las reuniones del consejo editorial, presidido por el lingüista mexicano Sergio Sarmiento, se sucedieron de forma alternativa entre México y Madrid. La enciclopedia, de 18 volúmenes, costará 159.000 pesetas. La Británica cuesta 252.000.
Proyectos distintos
La Enciclopedia Hispánica no debe ser vista como una traducción de la Británica: son proyectos distintos. Incluso desde un punto de vista empresarial están claramente diferenciadas, si bien la Británica ejerce una suerte de amparo sobre la Hispánica. La Hispánica está publicada por Encyclopaedia Britannica Publishers, Inc, que distribuye a la Británica en Suramérica. La diferencia principal entre ambos proyectos -salvedad hecha de que la Británica tiene ya una tradición de siglos- estriba en quién las escribe, y cómo.La Enciclopedia Británica está redactada por especialistas, de acuerdo con unas normas de redacción que buscan la mayor comprensibilidad, aunque sin concesiones que terminen por falsificar el contenido, y revisada de forma exhaustiva por una redacción altamente especializada que en la actualidad suma 175 personas. Las diferentes ediciones de la Enciclopedia Británica pueden llegar a variar sustancialmente; parece ser que la 11ª fue la última de firmas, y desde entonces se insiste más en la comprensibilidad. Entre los colaboradores de la Británica se encuentran Albert Einstein, autor de la Teoría de la Relatividad, y Sigmund Freud, el más conocido de los psicoanalistas, así como tres presidentes de Estados Unidos. Al principio los redactores eran ingleses, luego anglosajones, y ahora pueden ser de cualquier parte.
Por cierto que cada edición de la Británica se dedica al presidente de Estados Unidos y a la Reina de Inglaterra, en lo que parecería un solemne intento de agrupar igualmente a la comunidad anglohablante. Algunos reprochan a la Británica su preferencia por la grafía británica en lugar de la americana en ciertas palabras -theatre y theater-, aunque las diferencias en inglés no son tan grandes como en las variantes del español.
El sistema de redacción empleado por la Hispánica es distinto: sobre la base de un banco de datos de la Enciclopedia Británica, y de ciertas obras de Portugal y España, escritores profesionales españoles y latinoamericanos han redactado los diferentes artículos, que después han sido revisados por los especialistas. Así se pretende dar preferencia a la comprensibilidad.
Según lema de la casa, la Británica está dirigida al hombre curioso e inteligente, y escrita sobre la base de que, quien la lee, tiene inteligencia para comprenderla pero ninguna información sobre el asunto: el artículo de la Macropedia -la parte que profundiza, a diferencia de la Micropedia, que sólo define y enuncia- debe partir de cero.
Babelia
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